Por Costa Rica

Una clara definición de prioridades y una ruta son la fórmula ganadora para concretar acuerdos políticos

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Atrás debe quedar la campaña electoral, es hora de comenzar un cuatrienio con múltiples retos que demandarán decisiones claras y encontrar la ruta correcta, si queremos una era de reactivación nacional, indispensable para acertar en la más trascendental política social: empleo, empleo y más empleo.

En las próximas semanas se revelarán las grandes definiciones, entre ellas, quiénes conformarán el equipo de gobierno y cuáles serán las propuestas en concreto que harán realidad las promesas de campaña que el electorado espera se ejecuten a corto plazo, como lo son la disminución sensible de las tarifas de electricidad, bajar el precio de los medicamentos y el costo de vida. El país espera esos decretos ansiosamente.

También, es urgente conocer el acuerdo “más ambicioso” con el Fondo Monetario Internacional, lo cual será bienvenido, y no genera preocupación dada la promesa de no elevar impuestos durante los cuatro años. Toda mejora en las finanzas públicas será apoyada.

El nuevo gobierno tendrá una ventana de oportunidad con la que no contaron los anteriores gobernantes, como lo es el arranque durante el período de sesiones extraordinarias en la Asamblea, lo que le permitirá a la administración imprimir el rumbo desde el primer día. ¡Hay que aprovecharla!

Los primeros cien días serán un ícono significativo en el quehacer político, aún más para este gobierno, que plantea tantas interrogantes y debe desde el primer día definir rumbo, prioridades y ruta de acción ante un país que reclama cambio y está ávido de ver resueltos los años de inacción y malas decisiones.

Una clara definición de prioridades y una ruta son la fórmula ganadora para concretar acuerdos políticos. Estoy segura de que las fuerzas partidarias tienen a Costa Rica como bandera y el camino se allana en torno a una agenda clara.

Este debe ser el norte, aunque no estará ayuno de nublados. Espero que la confrontación contra la prensa, partidos, colegios profesionales y empresarios, entre otros, quede como una estrategia de campaña en el pasado.

Atrás debe quedar también la amenaza o consigna de gobernar por decreto o plebiscito, esto solo llevaría a un punto de choque con los otros poderes de la República. Por la ruta institucional, siempre contará con grandes aliados.

nmarin@alvarezymarin.com

La autora es politóloga.