Perspectivas: Las luces de nuestras sombras

Contamos con perfiles ilustres imposibilitados de desafiar probabilidades en el mercado electoral

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No hay frase más gastada que decir que la emergencia sanitaria vino a agravar la crisis existencial que ya vivíamos. Amén. Otra realidad nos sobrecoge. Somos el país más diagnosticado del mundo y, además, el que se enreda en sus propios mecates. Eludimos enfrentar realidades dolorosas para lograr que sean cada vez más penosas. En situaciones así solo salva el potencial recurso a un liderazgo fogueado. Es ahí donde los pueblos encuentran fuerzas para salir avante.

De posponer y posponer, Italia llegó al combinado extremo de agotamiento político, asfixia económica, endeudamiento aplastante y desaliento ciudadano. A punto estuvo de buscar salvación desesperada en el abismo populista. En esa hora tuvo, sin embargo, un rayo de acierto inesperado. En su memoria política encontró un paladín probado en tiempos angustiosos, con la fuerza de afrontar las modas políticas del momento. Fue Mario Draghi. Septuagenario, salió del retiro y está demostrando mayor carácter y entereza que políticos más jóvenes.

Nosotros podríamos también hurgar en el baúl de los recuerdos. Nos ocurriría encontrar figuras curtidas por la experiencia, con el lustre de brillantes desempeños. No somos pueblo sin grandezas, todo lo contrario. Si ocupamos un lugar de privilegio en América Latina, es por ese acervo humano, más allá de las banderas. Tenemos grandes luminarias reposando entre las sombras. Pero si nuestra democracia se rige formalmente por el sistema electoral, materialmente lo hace por el mercadeo político. Ahí, yacen perfiles ilustres imposibilitados de desafiar probabilidades en el mercado electoral.

Voy a decir un par de desatinos. Desde ahora lo confieso. Si el PLN es la plataforma política del pasado que aún sigue en pie, su luminaria más preclara está demonizada. Y, añadiría, bastante injustamente. Se trata de Rodrigo Arias. Se sabe que fue el bastión responsable de las dos exitosas administraciones Arias. Otro es Rolando Laclé o el mismísimo Rodolfo Méndez Mata. Mayorcitos todos, pero Méndez mostró en el MOPT la diferencia que hace la destreza sazonada. Ese es mi disparate. Vienen las primarias de todos los partidos y no existe fuerza humana que logre rescatar las luces escondidas de nuestras sombras.

vgovaere@gmail.com

La autora es catedrática UNED.