Perspectivas: Asfixiados de parálisis

Recetas mágicas sobre el papel esconden que la parte más difícil de un cambio es su preludio.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

El presente es la mayor carga que nos agobia. La fantasía de futuros promisorios solo es frenada por ese ineludible detalle, superar el atolladero en el que estamos. De ahí el atractivo de la utopía. Recetas mágicas sobre el papel esconden que la parte más difícil de un cambio es su preludio. Todo es música y poesía en espacios remotos. Donde termina el arcoíris siempre hay una promesa, pero no en la tormenta que lo origina.

En la coyuntura que nos sobrecoge hay solo prosa. Para describir el ahora escasean letanías de logotipos prestigiosos. Pero todos se apuntan a la perspectiva del avenir. Eso es popular. Los escapes quiméricos siempre encuentran suscriptores.

Yo sé que hay que ver hacia adelante. Objetivos claros son decisivos en un mapa de ruta. Pero una proyección realista es más que un ejercicio intelectual. Demanda aquilatar el élan vital del protagonista político del cambio, el clientelismo que nutrió su cuna, las concesiones y componendas que forjaron su carácter y su molde formativo, atemperado de adaptaciones a la inercia.

Se podría contratar a Raimundo y todo el mundo para diseñar el mañana. Pero ¿contará el diseño futurista de una banca de desarrollo con que alimañas trepadoras regalarán a ciegas sus créditos? ¿Comprenderá el mejor esquema que una cepa ávida sacará réditos de hacer más costoso el plato de arroz de la familia humilde? ¿Y entenderá el esbozo que tal vez la costa proyectada a 30 años estará inundada por el cambio climático?

El problema de salir del hueco no es solo técnico, sino también político. ¿Qué pasa si al probar las mieles del poder los partidos «alternativos» al bipartidismo demonizado se convierten en paladines de lo establecido? Vienen las elecciones y como don Carlos Alvarado logró probar que cualquiera puede ser presidente, ahora abundan los que piensan topar con la misma suerte.

Según Maquiavelo, «no hay nada más difícil de emprender, más penoso de conducir o más incierto de triunfar que un cambio, porque tiene como enemigos a los que han prosperado en el viejo orden y tibios defensores en sus posibles beneficiarios». El imperio inasible de la inercia es el intangible más poderoso de nuestra realidad que hoy nos tiene asfixiados de parálisis.

vgovaere@gmail.com

La autora es catedrática de la UNED.