Cuando se habla de educación, debemos volver a mirar hacia Finlandia. Este país nórdico, seis veces más grande que Costa Rica, pero casi con la misma población, es un ejemplo.
Allí la educación es gratuita hasta la universidad (parecido a Costa Rica); también los comedores (parecido a Costa Rica). Los estudiantes pasan unas seis horas al día en el aula (parecido a Costa Rica) y la inversión estatal en el sistema no llega al 6% del PIB (menos que aquí).
Así, los finlandeses lograron colocarse entre las naciones con mejores resultados en la prestigiosa prueba estandarizada PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes). Pero algo pasó. En las del 2012 cayeron del puesto 2 al 12 entre 65 países, superados por Shanghái-China, Singapur, Taiwán y Corea. Costa Rica ocupó el 56.
En diciembre pasado, cuando se dieron a conocer los resultados, el Gobierno finlandés convocó a reunión de urgencia. “Finlandia es el que más ha retrocedido en la última evaluación”, informó ese día. No tienen conclusiones, pero sí hipótesis de qué ocurrió.
El presidente del Sindicato de Educación, Olli Luukkainen, señala la autocomplacencia. “Existe un paralelismo con Nokia (que cayó por falta de innovación). Hemos estado demasiado satisfechos de nosotros mismos. Otros países han venido a Finlandia para aprender de nuestro sistema educativo y luego han desarrollado el modelo, por eso nos han superado”.
Casi, parecido, habló la ministra de Educación, Krista Kiuru, al apuntar hacia la motivación. “Finlandia debe encontrar medios para aumentar la motivación de los alumnos durante el aprendizaje y mejorar el ambiente de las escuelas”... parecido a Costa Rica.
En nuestro país, la autocomplacencia y la (falta de) motivación son problemas arraigados. Es un problema estructural, comenzando por una planilla del MEP, donde el 50% son interinos. Allí comienza la desmotivación. Luego, sigue con la falta de inversión en infraestructura con aulas que dan pena. Allí se extiende el problema. Y hay más, como la formación de los educadores y el poco entusiasmo de los padres para dar seguimiento a sus hijos. ¿Qué hicieron los finlandeses? Convocaron a un foro con expertos en educación, políticos, padres y alumnos para explorar mejoras. Costa Rica debe hacer ya algo parecido para enderezar la ruta del sistema educativo.