Página quince: Seguridad social en peligro

Si se elimina el ROP, para tener un sistema de pensiones que cubra a los trabajadores habría que subir las cotizaciones del IVM en, cuando menos, un 9 % o un 10 %.

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Sigue en trámite un proyecto que, tal como está redactado, acaba con el Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP), creado por la Ley de Protección al Trabajador, y lo convierte en un sistema de ahorro.

Entonces, ¿para qué se sacaron los fondos del Banco Popular? ¿Para qué pusieron más recursos los patronos para ese nuevo régimen? ¿Para que se fortaleció la seguridad social? ¿Para qué se complementó el Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM)?

El ROP se estableció como un pilar de la seguridad social. Es parte de la reforma social de los años cuarenta del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia.

De reparto. El sistema bismarckiano que entonces se conocía, por tratarse de un régimen centralizado en el gobierno, dejó de operar como uno de capitalización y se convirtió en de reparto, igual que en todas partes porque los gobiernos y la inflación acabaron con la capitalización.

Los regímenes de reparto toman los aportes de los trabajadores actuales para pagar a los pensionados. Esos sistemas se desfinancian por el menor crecimiento de la cantidad de trabajadores activos (baja en la tasa de crecimiento de la población) y por el incremento en los años de recibir la pensión (mayor expectativa de vida).

Por esos cambios demográficos, se produce una disminución abismal del número de trabajadores cotizantes por pensionado, lo cual significaría, como ya ha ocurrido y previsiblemente ocurrirá en el futuro, que el monto de las pensiones del IVM sufrirá grandes reducciones con respecto al salario devengado por quienes se jubilan.

Mientras se iban incorporando los trabajadores al IVM y faltaban muchos años para su jubilación, y en tanto la población trabajadora activa crecía aceleradamente por la alta tasa de natalidad imperante y la incorporación de las mujeres a la fuerza laboral, el IVM floreció sin problemas. Muy pocos se pensionaban y vivían mucho menos que ahora para el disfrute de su pensión.

Pero incluso en esas condiciones el IVM se fue debilitando actuarialmente por los atrasos en el pago de las cuotas estatales, por la disminución en la edad de retiro y por la colocación de las reservas en bonos del Gobierno, emitidos con ese fin y devengando muy bajas tasa de interés.

Para enfrentar esa circunstancia, que ya era previsible durante mi gobierno, nació el ROP.

Aumento de la pensión. En el ROP, para que el Estado no tome los recursos de las pensiones, se aseguraron los fondos en cuentas a nombre del trabajador. Así, nació este pilar del sistema de pensiones para que haya una pensión complementaria, que cuando el IVM no dé al trabajador retirado más de un 40 % del salario final, el ROP le aporte otro 20 % del salario final para que el monto que reciba mensualmente sea de por lo menos un 60 %. Aumenta la pensión en un 50 %.

Por eso se promulgó la Ley de Protección al Trabajador. Para enfrentar esa circunstancia y lograr que la persona tuviera una pensión complementaria que —tras una vida de trabajo— le permitiera vivir una vejez digna. Para eso se creó el ROP como sistema de capitalización a nombre del trabajador, para que sea la fuente de su futura pensión y para defenderlo de la voracidad fiscal.

La pensión para la persona cuando ya no puede laborar es un elemento básico de la justicia social; es una medida para impedir que las familias, en esas circunstancias, caigan en la pobreza; y es garantía de paz mediante la solidaridad y la previsión.

Los costarricenses, con justicia, nos ufanamos de nuestro sistema de seguridad social, surgido de la visión del presidente Calderón Guardia y que hemos ido perfeccionando con aportes positivos.

Ahora la amenaza a las pensiones de los trabajadores viejitos viene de otro origen. El proyecto lo pone camino a su insolvencia.

Alza en cotización. Si se elimina el ROP, se desfinancia la seguridad social del país. Para tener un sistema de pensiones que cubra a los trabajadores habría que subir las cotizaciones del IVM en, cuando menos, un 9 % o un 10 % de los salarios. ¿Imaginan la disminución del crecimiento, el desempleo y el aumento de la informalidad que eso generaría?

Lo que debe corregirse es que se pueda retirar el fondo cuando sea menos del 10 % de la pensión del IVM y no como ahora, con relación a otros regímenes que son los que dan altas pensiones.

Por eso, ocurre que quienes se jubilan con pensiones altas de otros sistemas, no del IVM, sí pueden retirarlo, pues los recursos del ROP son pequeños comparados con las pensiones de privilegiados.

El proyecto afecta directamente la seguridad social, al IVM y a la CCSS. ¡Y pretendieron aprobarlo en comisión sin oír a la CCSS!

Si de acá al 2035 es posible retirar los fondos del ROP como si fuera un sistema de ahorro, nunca va a madurar, y claro que se acaban las pensiones.

Si de aquí al 2035 se puede retirar el fondo que era de pensiones y se convierte en ahorro, ¿con qué dinero van a complementar sus jubilaciones los trabajadores que cumplan ahora la edad de retiro, dentro de 5 años, dentro de 10 años, dentro de 15 años y en adelante los que hoy empiezan a trabajar? Tendrían que esperarse al 2070 para contar con un fondo que les financie la pensión del ROP.

marodrige@gmail.com

El autor fue presidente de la República de 1998 al 2002.