Página quince: Coronavirus en los cruceros

Un estudio en barcos para viajes de placer sirvió a los epidemiólogos para detectar formas de transmisión

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Los cruceros y su característica condición de hacinamiento, en algunos de estos, sirven como herramienta para determinar cómo prevenir la transmisión del virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19.

Factores como el contacto físico, deficiencias higiénicas y visita a puertos y ciudades costeras hacen de los viajes en barco una práctica de alto riesgo para la transferencia de enfermedades infecciosas.

Conocer el número de pasajeros y tripulantes enfermos y fallecidos parece imposible, primero, porque ninguna agencia mundial de salud lleva este tipo de estadísticas y, segundo, porque la industria de los cruceros resta importancia a los peligros causados por los diferentes tipos de gérmenes; sin embargo, paradójicamente, los norovirus son los principales causantes de vómitos y diarreas en las embarcaciones.

Estudio reciente. Sobre el nuevo coronavirus, el diario Miami Herald hizo un rastreo a bordo de los cruceros y detectó cuestiones alarmantes a través del estudio en 2.592 personas contagiadas y 65 fallecidos por covid-19 durante un viaje o inmediatamente después de este.

Los datos fueron recolectados en 54 cruceros, es decir, casi una quinta parte de la flota mundial de embarcaciones para viajes de recreo.

Según el diario, el 8 de marzo del 2020 el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos pidió a sus ciudadanos mantenerse alejados de los cruceros, debido al gran riesgo de contagiarse de la enfermedad del coronavirus; sin embargo, algunos barcos zarparon colmados de pasajeros y, poco después, 8 reportaron 309 casos y varios más trasladaron el virus de un crucero a otro.

Lamentablemente, los barcos son vehículos del virus. Por ejemplo, el Zaandam y el Rotterdam fueron rechazados en varios puertos porque llevaban a bordo cuatro fallecidos y decenas de casos sospechosos.

Otro caso similar fue el de un portaaviones estadounidense que atracó en Guam, una isla ubicada 2.000 kilómetros al este de Filipinas, el cual transportaba más de 100 infectados entre su tripulación.

Conclusiones. Esas formas de adquirir por contagio una enfermedad ayudaron a identificar varios aspectos acerca de la transmisión por vía aérea, fecal-oral o mediante fómites (células de la piel, el pelo, la ropa o sábanas) o elementos inmaduros.

Además, contribuyó a detectar que el número de asintomáticos en los cruceros ronda el 40 % y la letalidad, el 1,1 %.

Dicho de otro modo, sin buscarlo, los barcos se convirtieron en laboratorios de los epidemiólogos.

dmora@aya.go.cr

El autor es salubrista público.