PAC, la casa de los sustos

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Al Partido Acción Ciudadana (PAC) le salió el tiro por la culata con su anuncio de campaña titulado “La casa de los sustos”, aquel donde una pareja entraba a una casa en la cual “los mismos de siempre” los espantaban con barbaridades.

Pero, hoy, quienes asustan son los mismos del PAC al conocerse la forma en que manejaron el dinero de campaña. Lo invirtieron “como los de siempre”, como los partidos tradicionales que tanto cuestionaron. Hicieron copy paste .

Dos casos lo pusieron de manifiesto. Primero, el uso de dinero público para dar un “premio” a su estratega de campaña. El acuerdo, antojadizo, decía que, si el señor llevaba al Partido a triunfar en primera ronda, ganaba ¢40 millones. Si iban a segunda, y triunfaban, ¢35 millones. Así, el autor de “La casa de los sustos” se ganó ¢75 millones, que al final de siete meses de trabajo sumaron ¢111 millones, contando su salario base. En promedio, ¡¢16 millones al mes!

Otro caso es el del abogado y miembro del Tribunal Interno de Elecciones del PAC que cobró ¢277 millones, en ocho meses, por autentificar firmas y hacer contratos del Partido. ¡¢34 millones por mes!

El PAC es una casa de sustos, porque es incomprensible cómo con su mensaje de ética, de moral, de austeridad y, sobre todo, de cambio, llegó a permitir cobros tan exagerados que planeó cargar a los costarricenses que pagan impuestos. Aquí, la culpa no es de quienes cobraron, sino de los que autorizaron pagar.

Si La Nación no hubiera dado a conocer los dos casos, nada pasa en “La casa de los sustos”.

El PAC debe enmendar esto.

Lo primero es que debe identificar a los responsables de un uso tan irreflexivo del dinero que se cobra al Estado.

Lo segundo es que este partido, que antes de la campaña electoral logró que los diputados recortaran la deuda política de ¢43.000 millones a ¢25.000 millones, debe ser consecuente con su pregonada austeridad.

Para eso, es momento de que impulse al menos dos cambios en el Código Electoral.

Uno, para cerrar los portillos que permiten pagar a particulares “premios” millonarios a costa del pueblo y, otro, para evitar que un dirigente del Partido –como el controversial abogado– le preste servicios sin restricción alguna y sin que nadie, nadie, lo cuestionara.

¿No era que con Costa Rica no se juega? Aquí, los del mismo PAC jugaron y golearon.