Otra ruta

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El llamado del ministro del MOPT, Carlos Segnini, fue dramático: “Si llega a la Asamblea Legislativa y lo meten dentro del Servicio Civil, señores diputados, mejor mátenlo de una vez”.

Su origen: el proyecto para establecer el Instituto Nacional de Infraestructura (INI), que sustituiría al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) como paso para mejorar la planificación, construcción y supervisión de obras viales.

No me atrevo a opinar aún sobre los detalles de la iniciativa. Como usualmente “el diablo está en los detalles”, habrá que someterla a cuidadoso análisis. Sin embargo, suscribo su finalidad, que difícilmente podrá lograrse sin esquemas innovadores.

Con razón, el ministro Segnini considera al Servicio Civil como una mortífera barrera para el proyecto. El MOPT y Conavi han sido víctimas frecuentes, y a veces cómplices, de interminables pulsos laborales que han impedido despedir a pésimos funcionarios encapsulados en sus ineficiencias, vicios o corruptelas.

Allí y en todas las instituciones los procesos disciplinarios son tan enervantes, la discrecionalidad de los jerarcas tan limitada y sus responsabilidades legales tan agobiantes, que el resultado más frecuente es la inamovilidad de los malos, el desencanto de los buenos y la parálisis de lo que podría hacerse mejor.

Por esto, presumo que cuando el ministro menciona al Servicio Civil no solo se refiere a la institución y los disfuncionales procesos que, por ley, debe aplicar. Su nombre es también una metáfora de la maraña de leyes, reglamentos, pasos, estructuras, controles, juicios y apelaciones que paralizan la gestión pública desde múltiples flancos.

El problema es general, pero la solución, por ahora, no podrá tener el mismo carácter. Una amplia reforma administrativa parece imposible.

La alternativa es construir modelos institucionales específicos que generen flexibilidad y eficiencia de manera acumulativa, con rigor y rendimiento de cuentas. Allí están los ejemplos de Comex, Cinde y Procomer, algunas alianzas público-privadas y una que otra concesión. El INI podría ser un actor de índole similar y abrir así el camino para una reingeniería total de la gestión en infraestructura. Habrá que trabajar para lograrlo.

(*) Eduardo Ulibarri es periodista, profesor universitario y diplomático. Consultor en análisis sociopolítico y estrategias de comunicación. Exembajador de Costa Rica ante las Naciones Unidas (2010-2014).