No nos minimicen, claman los jóvenes

La población juvenil insta a tener un mayor impacto en programas y estrategias públicas, priorizando la educación de calidad y la creación de espacios seguros para el desarrollo artístico

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A comienzos de noviembre, varias instituciones nacionales e internacionales organizamos en Costa Rica el Primer Congreso Internacional de Adolescencia y Juventud, donde analizamos en profundidad los complejos problemas que afectan a adolescentes y jóvenes.

Durante el congreso, se llevó a cabo un foro paralelo con el objetivo de permitir que los propios adolescentes y jóvenes manifestaran cuáles necesidades no se están atendiendo adecuadamente y presentaran sus propuestas.

El pronunciamiento que se leyó al final de la actividad concluyó con la solicitud de que se deje de minimizarlos, un clamor que se repite a lo largo de todo el documento.

Otro aspecto que expresaron fue la necesidad de permitirles incidir en programas y estrategias públicas, ofrecerles lugares seguros para el deporte, el ocio y el arte, fortalecer la educación pública gratuita y de calidad, y capacitarlos en educación financiera.

Además, solicitaron la ampliación de espacios de escucha y formación gratuita en herramientas que promuevan un desarrollo sano e integral, incluida una educación sexual que abarque no solo lo puramente reproductivo, sino también diferentes orientaciones sexuales.

También plantearon la necesidad de crear programas para la atención integral que incorporen la salud mental como un eje fundamental y aborden el problema de la empleabilidad en su grupo etario.

Fue evidente en la exposición de los adolescentes y jóvenes que muchas necesidades básicas se encuentran insatisfechas y que la respuesta estatal ignora esta realidad.

Este tema también fue discutido y analizado en diferentes conferencias y mesas redondas, en las que participaron expertos nacionales e internacionales, como la Dra. Elizabeth Odio Benito, quien habló sobre los derechos fundamentales de la adolescencia.

La exjueza de la Corte Interamericana de Derechos Humanos realizó un análisis de los adolescentes como sujetos de derechos y presentó ejemplos de resoluciones judiciales en las cuales se han protegido sus derechos.

Al ser consultada sobre la situación actual de la población adolescente, coincidió en que existe una flagrante violación de derechos, entre estos, el derecho a la educación, la salud y la protección integral, especialmente para las personas más vulnerables.

Los datos respaldan lo anterior: del total de estudiantes de entre 5 y 18 años, el 40 % vive en pobreza y el 13 % en pobreza extrema.

En resumen, el Congreso Internacional de Adolescencia y Juventud permitió un análisis exhaustivo de la situación en Latinoamérica, especialmente durante la pandemia y sus complejas consecuencias. Además, reunió a expertos de toda América, desde los Estados Unidos hasta la Patagonia, fortaleciendo así vínculos debilitados por la emergencia sanitaria mundial.

Un hecho destacado fue la presentación de la obra de teatro En el Sur los sueños florecen con desobediencia, escrita a partir de testimonios de adolescentes y jóvenes de Cristo Rey y Sagrada Familia.

Lo más significativo de la presentación fue comprobar que si se brindan oportunidades a la población más joven, en este caso a través del poderoso medio del teatro, la creatividad y la expresión de sentimientos fluyen, creando auténticos canales de comunicación y expresividad.

Esto evidencia, además, que las alianzas entre una asociación que trabaja en esos barrios, la empresa privada socialmente comprometida y el liderazgo de profesionales del teatro hacen posibles alternativas necesarias y urgentes para acercarse al mundo juvenil y sus necesidades.

Todo esto confirma que los planteamientos del Congreso pueden ser materializados y que, más que nunca, es imprescindible la sinergia entre el Estado y la sociedad civil. Postergar, desatender e ignorar, que ha sido la norma en las últimas décadas frente a la situación de adolescentes y jóvenes, no es sostenible y debe cambiar si queremos tener un efecto positivo en la compleja realidad social moderna, que está lejos de resolverse únicamente con la aplicación de medidas punitivas.

El Foro Juvenil del Congreso y la obra de teatro En el Sur los sueños florecen con desobediencia son ejemplos claros de que escuchar y acompañar desde el mundo adulto a los adolescentes y jóvenes es el camino lógico y va en la dirección correcta.

morabecr@gmail.com

Alberto Morales Bejarano es médico pediatra, fue fundador de la Clínica del Adolescente del Hospital Nacional de Niños y su director durante 30 años.