Martes electoral

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El martes se definirá quién ocupará la Casa Blanca por los próximos cuatro años. Se sabrá si el control del Senado cambia a manos demócratas y qué sucederá en la Cámara de Representantes, donde las posibilidades favorecen a los republicanos.

Octubre ha demostrado ser un mes de sorpresas y esta elección no es la excepción. Cuando las encuestas daban una amplia ventaja a Hillary Clinton, luego de su excelente desempeño en los tres debates, sumado al controversial video de Donald Trump, ahora es ella la afectada a la baja, entre otros, por una nueva investigación del FBI. Será un cierre de infarto.

El control del Senado es siempre un tema mayor por su poder de ratificación de tratados internacionales y por las propuestas legislativas presidenciales, pero en esta ocasión por el poder de ratificación de nombramientos importantes, como los del gabinete y miembros de la Corte Suprema.

La integración de la Corte es esencial por la definición de temas controversiales, en un Estados Unidos ideológicamente partido y cuya Corte se encuentra hoy dividida en un 4-4 ante la muerte del conservador Antonin Scalia. Quien lo remplace inclinará la balanza.

Ante una economía global con problemas de crecimiento y monumentales desafíos, como las amenazas a la paz y la seguridad por la proliferación nuclear, una guerra genocida en Siria y el Estado Islámico, resulta increíble que esta campaña pase a la historia como una de las de más bajo nivel, lo que termina de desencantar a un ya enojado electorado. Peligroso ingrediente en el fenómeno brexit.

El sentimiento antipolítica ha decantado en un candidato como Donald Trump, que en un Estados Unidos democrático, abierto y de oportunidades, enarbola un discurso de odio, misoginia y muros. Arremete, además, contra el sistema democrático y amenaza con desconocer los resultados.

Hillary, si bien brillante y experimentada, no termina de decantar en un esperanzador aire de ilusión, ante la perspectiva de ser la primera mujer presidenta, pero rehén de más de 25 años de exposición pública.

Siempre se especula sobre qué factores resultan determinantes en una elección. En esta, puede ser el tema de género. En octubre, la suma de mujeres que querían a Hillary más las que la apoyaban por su rechazo a Trump le daban un factor de +20. Claro, esta información del fivethirtyeight.com no puede darse como prospectiva, pues en estos cambiantes días cualquier cosa puede suceder.