Lamentos desde afuera

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El daño está hecho. La imagen de Costa Rica como destino turístico se ha deteriorado con el secuestro de dos extranjeras en la zona norte del país, desde donde las noticias de incertidumbre sobre estas dos mujeres se propagan al mundo por los periódicos, radio y televisión.

La pregunta que se hacen muchos extranjeros es "¿qué está pasando con la seguridad ciudadana en Costa Rica?". Uno de ellos es Thomas Lanzewizki, un alemán que conoció este país en 1989 y ahora, desde Alemania, sigue paso a paso las informaciones sobre el plagio de su coterránea Nicola Fleuchaus y de la suiza Susana Sigfried.

En una carta que envió por correo electrónico a La Nación en Internet comentó que "desde los últimos sucesos todos los días hay reportajes en la prensa y en la televisión alemana y la gente está alerta. Para Costa Rica los sucesos son muy malos y va a costar mucho renovar la imagen de la Suiza de Centroamérica o del "pura vida".

Y, desde Estados Unidos, un costarricense llamado Joshua Serrano planteó otro punto de vista muy preocupante. "Con qué corazón voy a seguir haciendo propaganda a mis compañeros de trabajo y amigos para que visiten Costa Rica cuando sé que las probabilidades de que ellos sean asaltados y hasta asesinados son altas".

Esta es la desgraciada realidad en que estamos. La delincuencia común está minando el turismo. Como lo dijo Thomas en su carta, "la seguridad en las calles de San José y en muchas zonas del territorio nacional es cada día peor. Los chapulines, asaltos y hasta asesinatos de turistas --y ahora el secuestro de Nicki-- son noticias que ya no son excepciones".

Esto irremediablemente nos llevará a contar solo con turistas de buena voluntad, que pese a la inseguridad, se correrán el riesgo de visitarnos. Uno de ellos es el mismo Thomas: "A mí me duele mucho eso --los delitos-- pero yo voy a volver, ya que el país y su pueblo son bellos."