La salud en un sentido más amplio

La alimentación sana y nutritiva no se circunscribe únicamente al ámbito de la salud física

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De acuerdo con la investigación Aproximación al estado de inseguridad alimentaria de los hogares en Costa Rica, del Programa Estado de la Nación (PEN), entre julio del 2019 y junio del 2020, el 47,6 % de los hogares costarricenses enfrentó limitaciones para obtener alimentos suficientes, es decir, experimentó algún grado de inseguridad alimentaria.

También señaló que, pese a esfuerzos concretos, Costa Rica no disponía, a la fecha de la investigación, de indicadores que posibilitaran generar, en tiempo real, informes y análisis en profundidad sobre el estado de la seguridad alimentaria y nutricional en el país.

Con más o menos palabras, esto quiere decir que enfrentamos a medias y con información limitada un serio problema de salud pública.

La inseguridad alimentaria y nutricional puede ser leve, moderada o grave, y se manifiesta como hambre, malnutrición, sobrepeso, obesidad y hambre oculta. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), estas manifestaciones pueden ser transitorias, agudas, estacionales o crónicas.

El fenómeno es multicausal y multidimensional porque, además del acceso social, físico y económico a los alimentos, incluye disponibilidad, utilización o aprovechamiento biológico y estabilidad en el tiempo de estos tres aspectos.

El término nutricional se refiere a la necesidad de que las personas satisfagan su consumo energético diario a través de una dieta saludable.

La seguridad alimentaria y nutricional es el eje central del derecho a la alimentación, que por lo demás está reconocido como un derecho humano universal.

Salud e identidad

Cuando se aborda la inseguridad alimentaria y nutricional, se pone el acento en el impacto negativo de los déficits energético y de micronutrientes esenciales en el organismo. No obstante, la alimentación sana y nutritiva no se circunscribe únicamente al ámbito de la salud física.

Tomemos por ejemplo la obesidad y el sobrepeso, el gran elefante blanco en la habitación de Costa Rica. Jonathan Glover, filósofo británico y profesor de Ética en el King’s College de Londres, afirma que la identidad humana está conformada por la manera como pensamos, las creencias que tenemos sobre lo que somos y las historias que contamos sobre nosotros mismos. Estas historias las compartimos con los demás, pero también nos las narramos a nosotros mismos a través de nuestro diálogo interno.

La experiencia de la identidad, sin embargo, no se vive ni se construye en solitario. Nuestro relato personal está determinado por las creencias, los valores y los significados sociales, culturales e históricos dominantes.

En lo que respecta a la apariencia física, si el modelo de belleza imperante no coincide con nuestro cuerpo real, el que miramos en el espejo, la situación tiene el potencial de convertirse en una gran frustración.

Para las personas obesas o con sobrepeso, las consecuencias emocionales de no ajustarse a ese modelo se pueden hacer patentes de diversas maneras. La Asociación Estadounidense de Psicología advierte que la obesidad y el sobrepeso a menudo se acompañan de depresión, ansiedad y estrés, y que unas influyen sobre las otras, y viceversa.

Cuando la ira, el miedo, la tristeza, la soledad y la baja autoestima irrumpen en el relato interno de una persona con obesidad y sobrepeso, es posible que aparezca la “ingesta emocional”, que se realiza como manera de suprimir o atenuar las emociones conflictivas.

El síndrome de alimentación nocturna, la anorexia y la bulimia nerviosas, el trastorno por atracones y el trastorno evitativo o restrictivo de la ingestión de alimentos son enfermedades mentales graves, relacionadas con una conducta alterada respecto a los hábitos alimentarios.

La bibliografía disponible también hace referencia a la alexitimia (falta de capacidad para distinguir y verbalizar sentimientos) en personas con obesidad y sobrepeso.

Algunos expertos en salud mental son del criterio de que muchas personas utilizan la afirmación de que la obesidad es un factor de riesgo para muchas enfermedades como excusa para opinar sobre los cuerpos ajenos.

Para Magdalena Piñeyro, la gordofobia es una forma de violencia social que sitúa a las personas gordas en un lugar de vulnerabilidad. En su opinión, aunque se acepten los modelos curvy, las personas en esta condición se sienten discriminadas.

Determinantes sociales de la salud

El 20 de febrero, La Nación publicó una noticia titulada “Dieta saludable escapa al bolsillo de 900.000 costarricenses”. El dato proviene de un informe preparado por varias agencias de las Naciones Unidas, y subraya que Costa Rica y Panamá son los países de Centroamérica donde los costos para la compra de alimentos saludables son más altos.

Aunque el informe de estas agencias y la investigación del PEN se llevaron a cabo durante la pandemia, la situación actual no debe haber mejorado sustancialmente, máxime si se considera que en el 2023 el mundo atraviesa por una de las peores crisis alimentaria e inflacionaria de la historia reciente.

Imagine que su refrigeradora está vacía y sus hijos tienen hambre. Uno de ellos, o quizá todos, están enfermos y, para colmo de males, su rendimiento escolar ha bajado. Hoy no pudo proveerles las tres comidas diarias. ¿Cómo se siente al respecto? ¿Deprimido, ansioso, estresado, desesperado, desmoralizado? ¿Hace cuánto tiempo se siente así?

Los investigadores del Programa Estado de la Nación concluyeron, con razón, que para contrarrestar los efectos negativos de la inseguridad alimentaria y nutricional es necesario tratar de forma positiva los determinantes sociales de la salud. Si esta tarea excluye la salud mental, todo logro será insuficiente.

manuelaurena@gmail.com

La autora cuenta con 15 años de experiencia internacional en las Naciones Unidas y la Unión Europea. Oriunda de la zona de los Santos, trabaja como consultora internacional en sostenibilidad aplicada a la industria agroalimentaria. Lectora asidua y fiel seguidora del músico canadiense Neil Young. Siga a Manuela en Facebook y Linkedln.