La gran escuela de la agricultura

Ver el cielo es ver la tierra, y así lo hicieron los primeros agricultores

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Ver el cielo es ver la tierra, y así lo hicieron los primeros agricultores. Había que saber de ciclos de la luna, de las estaciones, de los solsticios, de la ubicación de las constelaciones para planificar las cosechas entre sequías e inundaciones. Un cálculo predictivo que desarrollaron inicialmente los sacerdotes y que da comienzo a la astronomía, las matemáticas y la filosofía.

Siempre he considerado que la cultura debería divulgarse según sus prácticas, y así como hay un Ministerio de Cultura artística, el MC, debería también, cada ministerio, tener su propia sección de cultura, donde se reúna información, se ejecuten acciones y se divulgue el valor de la cultura propia del sector.

Así, por ejemplo, el Ministerio de Agricultura tendría su oficina de cultura, donde se publicarían historias del agro, tendría su programa de radio con entrevistas y su equipo de divulgadores del valor de la agricultura en la historia, investigaciones, nuevos programas, etc.

De esta manera se tendría, al reunir a cada oficina de la cultura de cada ministerio, una coordinadora nacional de cultura, con verdadera representación articulada entre los mismos fondos y programas. Pero como soy filósofa, esto puede quedar en el plano de las utopías sin problema y yo puedo seguir soñando y escribiendo sobre lo que podría ser y hacerse.

En todo caso, es un buen momento para recordar que la agricultura es la gran escuela desde el surgimiento de las civilizaciones y este hecho pasa inadvertido para muchos de nosotros.

Metáfora

El manejo de los cultivos desde que el ser humano se vuelve sedentario, desde que observa que una semilla brota convertida en tallo tiempo después de caerse del árbol es un esfuerzo del que ya Hesíodo menciona como trabajo y del que dan cuenta Heracles y Adán (si es que no son el mismo).

Trabajar la tierra para que nos dé comida es la gran metáfora que utilizan desde la antigüedad para educarnos varias religiones, y no es gratuita esta relación.

Jenofonte da a la labor agrícola un valor positivo al ver en su práctica la metáfora de valores morales, por lo que dice que se debe practicar como parte de la educación de los nobles y los militares, dado que en el principio todos los reyes eran reyes agrícolas.

Así que no es difícil ver la importancia del manejo de las tierras y los cultivos y su relación con el manejo de las conductas humanas y sus virtudes, como lo son la planificación, la disciplina, la constancia, la limpieza y hasta la belleza.

Por otro lado, Platón, ya en esas fechas, comenta el estado de la tierra como algo lamentable que no puede contener el agua y que es como un cuerpo enfermo. Recordemos que las guerras traían destrucción y robo de cosechas, lo que causaba hambrunas y múltiples migraciones.

De modo que la explotación de la tierra y sus consecuencias se da desde que se pierde la imaginación en el tiempo, los ciclos son continuos y las necesidades de restablecer los suelos son constantes.

Quedaban siempre fértiles las tierras cercanas a los ríos, y las que estaban cerca del Éufrates fueron descritas como parajes bellísimos porque estaban sembradas con plantas aromáticas y en ella había animales para la caza.

Papel de la agricultura

La palabra paraíso viene del persa, pairi (alrededor) y daeza (muro). Pairidaeza, parque cercado o jardín de recreo del rey babilónico. Paradisu, paradisus que utilizamos en nuestros días para mencionar un pedazo de cielo en la tierra. Un lugar propio donde se cultiva la comida que necesitamos para sobrevivir entre siembros y animales, y que se mantendrá durante todo el año a pesar de las estaciones. Un lugar libre de miseria y muerte. Un lugar para cultivar y donde las religiones nos castigan con el trabajo o nos echan por desobedientes.

Pero lo importante es recuperar el papel de la agricultura como ejemplo de un bien administrar los recursos del agro, los morales, los económicos y los políticos desde la antigüedad, por lo que hay que cuidarla y protegerla de los ladrones. Si antes robaban las cosechas, hoy las cosechas tienden a ser controladas por grandes monopolios y el efecto es el mismo: pueblos con exceso de comida y pueblos sin comida y sin suelos fértiles.

Sócrates lo ilustra con los príncipes persas como buenos militares y creadores de jardines (que como ven eran enormes, con cultivos y animales para cazar en su interior, ahora fincas) como metáfora de una vida con propósito que seguir. El filósofo estaba muy claro en que no se podía gobernar sin la agricultura. Y termina de elogiar su práctica al afirmar que es la madre y nodriza de las demás artes, pues si la agricultura florece, también prosperan las otras técnicas (téchnai); y cuando la tierra se vuelve estéril se marchita todo.

Antes de Sócrates, ya en el kepos (griego) u hortus (latín), Epicuro enseñaba al aire libre en su jardín de la amistad, porque consideraba que con ejemplos de la naturaleza era mejor enseñar sobre lo que sería una vida buena.

Mucho que decir sobre el tema de estos espacios verdes y sus metáforas. Lo importante es recordar que la agricultura es la primera astrónoma y filósofa en realidad y que preservarla significa mucho más que preservar la soberanía alimentaria. Significa mantener la investigación científica sobre los sistemas alternativos de producción de semillas y cultivos con métodos no tóxicos.

Significa entender la preservación del manejo de los suelos y su relación con los mantos acuíferos y la planificación urbana. Significa visibilizar el control del derecho al agua y la observación sobre el cambio climático. El sistema del agro es un sistema vivo en el tiempo y el espacio, y somos parte de lo que nos llevamos a la boca.

doreliasenda@gmail.com

La autora es filósofa.