La elusiva visión del país

Una visión específica sobre la reforma del Estado no son trazos en lontananza

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¿En qué consiste la visión sobre el desarrollo de un país? Un jamón de pregunta, Vargas, diría más de uno: “¿No ve que una visión es el horizonte de progreso y bienestar que una persona desea para su país?”.

De acuerdo con esa lógica, si en campaña electoral un candidato o una candidata dice que quiere una Costa Rica próspera e inclusiva, esa sería su visión política.

Si la vaina fuera así de fácil, entonces sería cuestión de agregar buenos atributos a la fórmula: “Propongo que mi país se convierta en una sociedad…”.

El secreto sería completarla con un coctel de deseos, como equitativa, en armonía con el ambiente, con trabajo decente para todos, innovadora, solidaria, con un Estado moderno y eficaz y otros.

Desde esta perspectiva, cualquiera con un mínimo de parla puede enunciar una visión, pues esta no es más que un objetivo abstracto y, por cierto, elusivo como todo horizonte.

Sin embargo, una visión de país o, para el caso, una más específica sobre la reforma del Estado, o sobre una empresa, no son puros trazos en lontananza.

Hace muchos años, un experimentado dirigente campesino panameño dijo: “Cualquiera dibuja una paloma y le pone pico; la cuestión es que abra ese pico y que coma”. Y ahí está el detalle, como diría Cantinflas.

Para mí, una visión sobre el desarrollo de un país resulta de la interacción de cuatro componentes indispensables, sin los cuales toda fórmula pierde su potencia como guía para la acción.

Esos componentes son: qué se quiere lograr, para qué lo quiere, cómo se pretende llegar ahí y cuándo se propone lograrlo.

El primero es, como he dicho, el horizonte de llegada. El segundo explicita el fundamento ético que subyace en ese objetivo.

El tercero establece la ruta propuesta para lograrlo, las decisiones que se consideran claves adoptar, pues una visión siempre implica una relación entre medios y fines; y el cuarto, el compromiso concreto y, por tanto, evaluable para medir logro.

Hago esta reflexión porque entre tanto discurso que en los últimos meses hemos oído sobre lo que Costa Rica debería ser, entre tanto llamado a la reforma del Estado, me ha costado encontrar visiones sobre el país, en el sentido que lo he planteado aquí.

Ahora que comienza un nuevo gobierno, sería un buen momento para que propusiera su visión. No bastan ni los buenos deseos ni un conjunto desarticulado de acciones concretas.

vargascullell@icloud.com

El autor es sociólogo, director del Programa Estado de la Nación.