Justicia para Eva Morera

El fallo también levanta la voz por tantas otras víctimas que claman respeto, tolerancia, seguridad y justicia

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Aferrados al osito de peluche que tanto le gustaba, los padres y la hermana de Eva Morera Ulloa rompieron en llanto al escuchar el veredicto del tribunal.

Casi dos años después del asesinato de la joven de 19 años, el exnovio fue condenado a 35 años de cárcel como autor confeso del crimen.

Inmersos en el profundo dolor que vive la familia por la pérdida de Eva, la sentencia les permitió sentir, cuando menos por unos instantes, algo parecido al alivio.

Saben que el fallo no revivirá a la hija, a la hermana, a la mamá, a la amiga, a la compañera que perdió la vida a manos de su expareja sentimental, pero entienden que lo ocurrido en el Tribunal Penal de Heredia representa un enorme triunfo para las mujeres que han sufrido y sufren debido a la violencia.

A través del caso de Eva, también se escuchó la voz silenciada de tantas otras víctimas que claman respeto, tolerancia, seguridad y justicia.

«Nunca la violencia de género, la falta de control de impulsos y el manejo de la ira harán excusable el homicidio de una persona», se lee en la sentencia contra Randall Garita.

Así es. Ningún retorcido argumento justifica que una persona, amparada en una posición de supuesto poder o dominación, acabe con los sueños de otra.

Esta es, sin duda, una lección rotunda para agresores, para quienes debe quedar claro que la legislación costarricense posee herramientas para castigar el feminicidio con certeza y contundencia.

Las mujeres pueden aprender, a partir de dolorosos ejemplos como los de Eva, que es factible buscar una salida antes de llegar a un punto sin retorno.

Nuestro país cuenta con una red de apoyo cada vez más amplia para brindar asesoría y protección a las mujeres que viven este calvario. Claro, una cosa es decirlo y otra es sufrirlo en carne propia y tener que armarse de muchísimo valor para romper el círculo de violencia.

Por ello, el papel de los allegados es fundamental, pues muchas veces son quienes ven las señales de alerta y pueden solicitar ayuda.

Hoy una familia guarda el luto con una gota de consuelo en el corazón. Ojalá su valiente lucha sirva de inspiración para erradicar la impunidad y evitar otras desgracias.