Huecos (segunda parte)

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El pasado martes, en este mismo espacio, salí en defensa de los huecos de Heredia ante un comentario televisivo que aseguraba que no había huecos como los de San Pedro de Montes de Oca.

No más hacerlo y de inmediato varios avispados amigos acudieron al auxilio de los hoyos de sus localidades. Uno de ellos me invitó a ir a ver su carro, postrado sobre unas "burras" hace días porque en un hueco de Escazú se le quebró la "tijereta". Otro defendió a capa y espada los ejemplares de San Pedro, con lujo de detalles sobre circunferencias, profundidades y simbiosis entre ellos.

Un compañero me relató su casi frustrado día de pesca en Puntarenas, cuando en el trayecto entre San Ramón y Esparza se le estallaron dos llantas en sendas precipitaciones viales; uno más me dijo que los vecinos de su barrio, en Tibás, le están organizando una fiesta de cumpleaños al hueco más macho y más viejo.

Al final terminé con una diversidad de sugerencias en mano, de las que consigno las más curiosas, para que ustedes juzguen:

1) Bautizar los huecos. Los tres más descomunales de todo el país llevarán, en su orden, el nombre del Presidente de la República, el del Ministro de Transportes y el del Ministro de Hacienda. En cada localidad, todos los regidores y síndicos tendrán uno en su honor, y los más grandes de la provincia corresponderán a los diputados de la zona.2) A los aspirantes a tener licencia de conducir se les advertirá que lo que deben capearse son las partes buenas y harán la prueba de habilidad al volante en los carros chocones de la Ciudad Mágica.

3) Hacer programas de realidad virtual para que los bebés y niños pequeños puedan "ver" cuando crezcan cómo es una calle.

4) Quitar lo que queda de carpeta asfáltica para buscar las vías empedradas de los tiempos de la colonia. Son más seguras.