Héroes caídos

Según el poeta español Enrique García-Máiquez, héroe es el que coge las riendas de su vida

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Se dice que todas las sociedades anhelan modelos humanos, personas que encarnen valores y virtudes de una civilización o pueblo. Existe en los héroes un ideal de excelencia. Son un prototipo de humanidad.

Según el poeta español Enrique García-Máiquez, héroe es “el que coge las riendas de su vida”. En los labios del Lawrence de Arabia de David Lean, “nada está escrito” para el héroe, porque él marca su destino.

Para el escritor francés Robert Redeker, el héroe salva al hombre de caer en la bestialidad, pues señala a la vida humana su dirección y la llena de contenido.

Actuar sobre las causas tiene más sentido que reaccionar ante las consecuencias. Lo esencial puede perderse de vista. La corrupción ha herido la justicia una vez más, sigue debilitándola. Un nudo gordiano que es mejor cortar que desatar, como dijo Alejandro Magno. Una Hidra de Lerna, serpiente de múltiples cabezas. Heracles pudo matarla quemando sus cuernos.

Un gran pasivo social que padecemos es la corrupción, génesis de la pobreza que ha herido las arcas públicas y la economía, pero esta vez la herida ha sido más profunda y letal: hirió a las familias.

Esta llaga que pesa sobre la familia trae graves consecuencias sociales, y la delincuencia juvenil es una de las más relevantes. Ante esta realidad, es necesario rescatar el valor de la familia como principal y primer espacio de educación y humanización.

La OMS califica la delincuencia juvenil como problema de salud pública en clave epidémica por sus efectos devastadores y debido a su extensión. Según sus datos, en el 2016 ocurrieron unos 200.000 homicidios entre los jóvenes de 10 a 29 años, un 43% del total mundial anual. Pensemos en esto hacia el futuro.

Un estudio de la OIT y del PNUD destaca que los hogares se encuentran en una crisis constante debido a las penurias económicas, porque no cuentan con servicios básicos como educación y salud que les permitan mantener dignamente a sus hijos.

Las jefas de hogar son las más desfavorecidas. La pérdida de calidad de vida genera una fuerte tensión social: concentración de la pobreza, altas tasas de desempleo, bajos ingresos, inseguridad, carencia de viviendas y servicios básicos mínimos y precariedad ambiental. Esto acarrea un costo social y compromete las posibilidades de desarrollo humano.

Estudios de la Cepal y la ONU hacen énfasis en reforzar las funciones familiares por ser el principal ámbito de educación y socialización. Pareciera existir una relación directa entre el buen funcionamiento de las familias y el buen desarrollo de las sociedades.

Esta institución brinda apoyo al sistema económico, político y social, pues fortalece el tejido social. Una cohesión cuya etiología está en la educación. El respeto, la solidaridad y la tolerancia se aprenden en el hogar.

Por otro lado, la participación directa de los padres en el proceso educativo es trascendental en la constitución psicológica, emocional y moral de los hijos. La falta de cuidados, atención y el maltrato quebrantan la esperanza, favorecen la frustración, dificultan mirar hacia el futuro y elaborar un proyecto de vida.

La filósofa Victoria Camps afirma que la democracia necesita una virtud principal: la confianza. La virtud democrática. Tenemos que construirla entre todos. Algunos asesinan a los héroes porque les tienen miedo. Ellos están regidos por una exigencia moral superior a las armas.

Como apunta el filósofo Jorge Yarce: “Nos llama la hora presente. Nos llama el estado de corrupción de las instituciones. Nos llama la educación necesitada de una renovación profunda en sus metas y en sus métodos. En su interacción con los problemas de la sociedad a la que se debe y en la que debe ser orientadora y líder. Nos llama la juventud”.

hf@eecr.net

La autora es administradora de negocios.