Gran potencial para ‘startups’ ticas

Exempleados de las multinacionales han fundado compañías cuyo éxito supera a otros emprendimientos

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Una pregunta recurrente es cómo apoyar el surgimiento y crecimiento de empresas que no operen en las zonas francas (régimen definitivo), especialmente pymes.

El cómo es de sumo interés, debido a que la mayoría de los nuevos emprendimientos no surgen para aprovechar oportunidades de mercado, sino por subsistencia y estilo de vida. Además, en el caso de las pymes, se ha encontrado que su tasa de mortalidad es mucho más elevada que la de las empresas de mayor tamaño y su crecimiento es muy bajo.

Todo lo anterior limita su potencial impacto en el desarrollo económico del país. En este artículo me concentraré en una oportunidad de oro que tiene Costa Rica para trabajar en este campo.

En las últimas décadas, los países desarrollados y en desarrollo han mostrado un creciente interés en fomentar el nacimiento de empresas innovadoras e intensivas en tecnología, a las que comúnmente se les denomina startups, debido a su éxito y porque promueven el cambio estructural y el desarrollo económico. Además, tienden a tener mayores tasas de supervivencia, crecen más y contribuyen más a la creación de empleo que sus pares.

Varios países de la región se destacan por políticas públicas incentivadoras de la creación de startups, entre estos, Brasil, Chile, Colombia y Perú. En todos disponen de instrumentos específicos para financiar a las empresas tecnológicas e innovadoras, incluido el otorgamiento de capitales semilla.

En el 2010, el gobierno de Chile creó la aceleradora Start-Up Chile con el objetivo de promover el emprendimiento innovador. El programa se centra en facilitar que emprendedores de gran potencial, de cualquier parte del mundo, desarrollen sus proyectos. Cuenta con más de 2.000 startups en su portafolio, valuadas en más de $5.000 millones.

En Colombia, iNNpulsa fue creada en el 2012 como la agencia de emprendimiento e innovación del Gobierno.Ofrece cuatro programas, conecta a las empresas con una red de emprendedores, ofrece servicios de personalización y asesoría, y brinda los recursos necesarios para escalar el modelo de negocio.

Startup Brasil data del 2012 y su objetivo es contribuir al desarrollo del ecosistema de startups. Ha apoyado a 229. Startup Perú fue creado en el 2014 y ha beneficiado a 447 empresas. El programa selecciona tres categorías: emprendedores innovadores, emprendimientos dinámicos y empresas de alto impacto.

En Costa Rica, si bien hemos avanzado con un programa de capital semilla en el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), aún estamos lejos de nuestros vecinos.

Multinacionales como caldo de cultivo

Costa Rica cuenta con aproximadamente 500 empresas multinacionales de media y alta tecnología, líderes en su campo. De varias de estas, han surgido emprendimientos propiedad de exempleados que decidieron aprovechar alguna oportunidad de mercado.

En un estudio en que participé hace unos años, encontramos que durante el período 2001-2007, un total de 11.120 trabajadores de 117 multinacionales que operaban en Costa Rica abandonaron el mercado laboral, y, de ellos, 1.735 decidieron crear sus propias empresas.

En otras palabras, durante el período analizado, surgieron 248 nuevas empresas, en promedio, al año, propiedad de exempleados de multinacionales, de las cuales al año 2010 (cuando se hizo el estudio) el 83 % seguían en operación, lo cual contrasta con una tasa de supervivencia de empresas similares en el país del 60 %.

Así, no puedo más que imaginar la cantidad de nuevos emprendimientos que fundan todos los años antiguos colaboradores de las multinacionales, eso sí, sin el apoyo del gobierno. Este caldo de cultivo para el desarrollo de startups innovadoras y dinámicas se lo desearía cualquier país de América Latina.

Características de las ‘startups’ ticas

Un 40 % de los creadores señalaron haber introducido nuevos productos o servicios al mercado, un 70,3 % afirmó que sus consumidores calificaban sus productos de muy originales, el 57,8 % consideró estar por encima de su competidores y un 49,2 % estimó haber introducido productos mucho más novedosos que su competencia.

En cuanto a los emprendedores propiamente, la mayoría eran jóvenes de entre 20 y 35 años. Un porcentaje muy significativo de estos exempleados tenían educación universitaria (un 49,1%) cuando crearon sus empresas y solo un 17 %, educación primaria.

Además, un 44 % afirmó haber recibido alguna capacitación en la multinacional donde trabajó, y eso le fue útil al abrir su propia empresa. Un 20,6 % manifestó haber adquirido redes de contactos de negocios mientras trabajó en las multinacionales.

Con respecto a las habilidades adquiridas, los emprendedores destacaron la capacidad de trabajar en equipo (un 70,3 %), seguido de relacionarse con otros (un 56 %) y el conocimiento técnico (un 52 %).

En contraste, la mayoría de los emprendedores (el 59,4 %) señaló haber tenido problemas para el financiamiento a través de fuentes externas. Paralelamente, la literatura más moderna demuestra que el desempeño de estas startups es superior al de otros emprendimientos.

En nuestro país deberíamos diseñar un programa para apoyar los emprendimientos propiedad de exempleados de las multinacionales, ya que cuentan con mejores condiciones para alcanzar el éxito.

Creo que un programa de este tipo, basado en la experiencia internacional, debería contar con el Sistema de Banca para el Desarrollo, la Promotora de Innovación e Investigación, el Instituto Nacional de Aprendizaje y los Ministerios de Comercio Exterior y de Economía, Industria y Comercio. Ojalá algún día emulemos los programas exitosos de otras latitudes y no desaprovechemos esta gran ventaja competitiva.

rmonge@academiaca.or.cr

El autor es presidente de la Academia de Centroamérica.