Gobierno crepuscular

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Vamos llegando al mediodía de la administración Solís y, ni modo, me invade una sensación de atardecer, como de crepúsculo plomizo sin celaje. Me ocurre como en esos días cuando de repente uno vuelve a ver el reloj y dice: “Pero ¿cómo? ¿En qué se me fue el día? ¡Con todo lo que tenía que hacer!”.

Pasa que los primeros veinticuatro meses de gobierno, la mitad de su período, se fueron en muy poco. El principal logro, ayudado por un contexto mundial favorable, ha sido la estabilidad económica. A ello sumaría el manejo de las relaciones internacionales, diplomáticas y comerciales y los esfuerzos por hacer más eficientes las políticas de combate a la pobreza. Poco, insisto, para un gobierno que se postuló como uno del cambio y que, salvo por la constante rotación en su gabinete, ese cambio todavía no se ha visto.

Sobre esto tengo tres hipótesis. La primera, optimista, es que la Casa Presidencial se estuvo entrenando durante dos años y ya tiene el saber y las ganas para hacer una fenomenal segunda mitad de gobierno en el tiempo que le falta. La segunda hipótesis, pesimista, dice que aunque no nos diéramos cuenta, lo mejor del gobierno ya pasó y nos espera una más mala segunda mitad, pues Zapote está debilitado y aislado. La tercera hipótesis es que, como era de esperar, tuvimos un gobierno parecido a los anteriores, de nadadito de perro, que ya entró en un prematuro tiempo de descuento y que en adelante se limitará a sostener la burra a la espera de que su función acabe.

¿Cuál de estas conjeturas tienta más a los lectores? Misterio en el ambiente... O ¿habrá algún misterio en esto? Las encuestas de opinión pública dicen que la ciudadanía está decepcionada con el gobierno del cambio y pesimista con respecto al rumbo del país. En lo personal, me declaro un neutropesimista: según el día, oscilo entre la segunda y la tercera hipótesis.

Si este gobierno es digno heredero de los anteriores, dentro de poco empezará una campaña sobre los inmensos logros de su administración. Dirá: “Nadie entiende el gobiernazo que estamos haciendo. Tenemos un fallo de comunicación y nos acosan mediáticamente”. En fin, lo de siempre.

Yo prefiero pensar que la gente no se chupa el dedo, y que si el tiempo pasa y un gobierno no logra avances sustantivos en lo que dijo eran sus prioridades, como el empleo, abatir la pobreza y la desigualdad y resolver el tema fiscal, lo evaluarán mal por más que haya estabilidad de precios. Crepúsculo anticipado: anochece en Costa Rica a la espera del cambio, que está resultando más o menos como esperar a Godot.

Jorge Vargas Cullell es gestor de investigación y colabora como investigador en las áreas de democracia y sistemas políticos. Es Ph.D. en Ciencias Políticas y máster en Resolución alternativa de conflictos por la Universidad de Notre Dame (EE. UU.) y licenciado en Sociología por la Universidad de Costa Rica.