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Me había propuesto escribir sobre los preocupantes acontecimientos que vive Ucrania; sin embargo, la difícil pero valiente decisión de Johnny Araya, candidato por mi Partido Liberación Nacional, merece una reflexión.

“Más allá de mi aspiración está Costa Rica”. Esta es la motivación de don Johnny al deponer su aspiración a la presidencia de la República y dar por concluida su participación en la contienda electoral, denotando con esta decisión su profundo amor por la patria.

En los momentos difíciles es cuando aparecen el coraje y los valores de las personas dispuestas a anteponer sus deseos en beneficio de la colectividad. Y es también de grandes el poder leer y entender el dictado de los cambios.

Hay momentos en que lo fácil es seguir adelante, pero es de líderes hacer un alto en el camino y sopesar qué es más conveniente para el país. Lo cierto es que la política es ciencia de realidades, y existe una realidad que desnuda una significativa mayoría del electorado que no desea más continuismo y opta, de manera contundente, en favor de un cambio de partido en el gobierno.

Don Johnny, seria y responsablemente, de una forma madura, sensata y desinteresada, le ahorra al país importantes sumas de dinero y evita ahondar la división que, entre los costarricenses y los partidos, deja una contienda electoral.

Más importante aún: esta decisión le permitirá al nuevo gobierno contar con valiosísimas semanas para la selección reflexiva y sopesada de quienes ocuparán los más de 1.000 puestos que integran un gobierno, labor imposible en una ventana tan pequeña como hubiese sido del 6 de abril al 8 de mayo.

Estas semanas también podrán ser aprovechadas para una transición positiva y constructiva entre el gobierno saliente y el que asumirá desde el Ejecutivo la máxima responsabilidad política a partir del 8 de mayo.

En materia legislativa, se abre una puerta de invaluable oportunidad que en el pasado ha deparado significativos avances al hacerse posible, superados los fuegos electorales: que las fracciones salientes aprovechen los meses del llamado “interregno” para aprobar urgentes proyectos pendientes en la corriente legislativa.

Valioso también será el mayor tiempo disponible de las fracciones que asumirán, el próximo 1 de mayo, en un Congreso multipartidista, el cual demandará tiempo y grandes esfuerzos de negociación.

Don Johnny nos da una lección: la necesidad de asumir con responsabilidad y seriedad nuevos paradigmas. Esperamos que su visión y muestra de patriotismo sean la antesala que aproveche el futuro gobierno para la concreción de una impostergable agenda nacional.