Experiencia personal como paciente de la CCSS

Al ver desde dentro el funcionamiento de la CCSS, uno toma conciencia de sus fortalezas y debilidades

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Tras una operación programada en el servicio de Otorrinolaringología del Hospital México, pude reafirmar la importancia de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para la población.

Como parte de las dificultades existentes, la primera fecha de la intervención quirúrgica se pospuso por no contar con anestesiólogo. El día de la operación, con la ansiedad propia del momento, esperé con mi esposa en Admisión, donde fuimos atendidos por personal administrativo dispuesto a explicarnos, a los que nos internábamos, la dinámica.

En el lapso de una hora, con la guía de un enfermero, nos condujeron hacia la primera estación de esta experiencia, la sala de preparación, donde se nos amplió lo que continuaba.

Una vez vestidos con ropa hospitalaria y colocada la vía intravenosa, a nuestros acompañantes los trasladaron a una sala de espera. Posteriormente, fui llevado a la sala de operaciones y mi sorpresa fue grande al ver las nuevas instalaciones. Espacios amplios, múltiples salas y una distribución que reflejaba orden y limpieza eran comparables a las mejores salas de operaciones de cualquier país desarrollado.

Trato humano

En los momentos en que es inevitable no preocuparse, aparecen personas que tranquilizan, empezando por el asistente de pacientes que se presenta dando su nombre. Además, una garantía, que a veces no se valora en toda su dimensión, es la calidad humana y profesional de los médicos especialistas y los profesionales en enfermería que atienden el proceso quirúrgico.

Concluida la operación, me trasladaron a la sala de recuperación, donde las otras personas operadas y yo fuimos recibidos por enfermeros que vigilaron esta transición, y con profesionalismo y trato humanitario nos acompañaron. Tanta es la sensibilidad que la sala se identifica con el nombre de Readaptación al Medio.

Ante la compleja situación que enfrenta la CCSS, ver desde dentro su funcionamiento evidencia una de las fortalezas institucionales, en riesgo de ser profundamente debilitadas.

Alguien podría aducir que mi atención estuvo mediada por mi condición de médico; sin embargo, en esta experiencia personal, no hubo ninguna diferencia con el resto de los pacientes, desde la consulta externa hasta la sala de operaciones.

Debilidades de la CCSS

Las debilidades estructurales de la CCSS son identificables: infraestructura insuficiente e inadecuada, limitada capacidad de resolución de problemas complejos en la consulta externa, particularmente en el primer nivel, y listas de espera catastróficas por un especialista por primera vez, para procedimientos quirúrgicos y exámenes de imágenes.

Por otro lado, está la precarización del empleo, la sobrecarga y las condiciones inadecuadas para el desempeño de los profesionales médicos.

No puedo dejar de mencionar que, particularmente en la formación de médicos generales, la proliferación de universidades de dudosa calidad contribuye a un peligroso deterioro de la prestación del servicio, solventado en parte por el examen de incorporación al Colegio de Médicos, que se convierte en un filtro necesario para proteger a la población.

En el mismo sentido y dado que el 50 % de los médicos son generales, urge que mejoren su capacidad resolutiva. Capacitar a muchos de ellos como médicos de familia sería una alternativa realista.

Huelga y futuro del Seguro Social

Por todo lo anterior, no cabe más que reconocer que a los médicos especialistas que buscan dignificar su trabajo se les debe dar una respuesta acorde con la realidad.

Sin embargo, las amenazas que se ciernen sobre la CCSS son múltiples y de diversos frentes, porque es lo que nos queda del equilibrio social en vista de la creciente y ofensiva desigualdad.

Ante la evidencia y las enormes tareas para proteger a la CCSS, la pregunta que inevitablemente surge es qué intereses subyacen como para pretender socavar la institución.

No llegar a un acuerdo razonable entre autoridades institucionales y los médicos especialistas contribuiría a favorecer esos intereses y amenazas.

La descripción que hice al principio sobre la atención de primer mundo dentro de la CCSS corrobora que este modelo solidario es posible, siempre y cuando exista la comprensión histórica de que como país apostamos por un Estado social de derecho, que hasta hoy ha marcado la diferencia gracias a su impacto en el bienestar de la gente, pero pareciera ser un recurso agotable y, para algunos, incluso, descartable en función del interés económico.

morabecr@gmail.com

Alberto Morales Bejarano es médico pediatra, fue fundador de la Clínica del Adolescente del Hospital Nacional de Niños y su director durante 30 años.