Electricidad, ¿fuente de riqueza o lastre?

Necesitamos al ICE convertido en un líder, no en un actor monopólico

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En 1949 Costa Rica decidió apoyar el sueño de Jorge Manuel Dengo al fundar el ICE y producir energía para todos. Luego de 70 años de esfuerzos y una enorme inversión alcanzamos esa primera meta. Hoy los retos mundiales son otros: producir toda la energía con fuentes CO² neutral y hacerlo a costos competitivos. Solo los países altamente competitivos podrán ganar medallas en esa maratón. La Agencia Internacional de Energía establece como fechas claves: el 2030, cuando se divisarán los líderes de la carrera y el 2050, cuando se registrará cuáles países quedaron rezagados y cuáles empresas se tornaron en obsoletas.

Costa Rica puede mostrar con orgullo que, en el 2021, año del bicentenario de la patria, el ICE, las cooperativas, las empresas municipales de electricidad y una veintena de generadores privados, lograron que las fuentes de generación eléctrica sean casi 100% basadas en fuentes renovables y que la cobertura eléctrica sea accesible para un 99,3% de la población. Misión cumplida.

Ahora, como nos predicara don Jorge Manuel Dengo, cuando el Colegio de Ingenieros rindió homenaje a su obra: «Hay que andar una milla más».

Siguiente meta. Hace unas semanas la Agencia Internacional de Energía (AIE) publicó un reporte especial titulado: «Net Zero by 2050. A Roadmap for the Global Energy Sector». En lo esencial, el reporte indica que, para el 2050 será posible transformar al sector energético en CO² neutral. Sus cálculos se basan en una utilización masiva de fuentes renovables maduras como la solar, la eólica y otras en desarrollo, como el hidrógeno y la bioenergía sostenible (i. e. biometano).

Coherentemente, el reporte recomienda no solo no abrir nuevos pozos petroleros, de gas o de carbón, sino que además plantea para el 2030, sustituir las fuentes fósiles por electricidad verde y dar pasos más drásticos y acelerados para una sustitución total hacia el 2050. Si bien la AIE prevé algunos retrasos con la transformación del transporte de carga pesada, el aéreo y el naviero, augura que incluso, esos sectores operarán con hidrógeno y bioenergía sostenible (una que no compita con la producción de alimentos). Aquí el link del reporte completo (https://www.iea.org/reports/net-zero-by-2050).

Ese Reporte es un banderazo de salida para una verdadera olimpiada energética e ilustra cuáles son los nuevos retos para cada país: producir más electricidad verde y hacerlo a precios competitivos.

Dadas las tendencias actuales, sería nefasto —como sugieren algunos— que Costa Rica haga lo contrario: clausurar plantas basadas en fuentes de energía renovable y dedicarse a extraer petróleo o gas.

Competencia. El ICE y el sector eléctrico aducen hoy que la caída en la demanda de electricidad les ha provocado pérdidas financieras. Con el mismo argumento justifican que unas 20 plantas privadas dejen de operar a pesar de que generan energías limpias a costos más bajos que las del propio ICE. Esa es una visión miope y que de no corregirse hará que el ICE se convierta en un lastre para la economía nacional. De las acciones que el reporte del AIE enlista, hay varias en las que el ICE puede liderarnos y que le ayudarían a hacer crecer la demanda eléctrica, a posicionar al país y a paliar su déficit financiero:

  1. Crear la infraestructura para vehículos eléctricos. Esto ayudaría a acelerar la transformación de la flota de transporte nacional, hoy son más de 1,2 millones de vehículos los que usan combustibles fósiles y el futuro es para los eléctricos. A nivel global, se planea que los vehículos eléctricos pasarán de representar el 5% de las ventas de vehículos en el 2021, a un 60% para el 2030 (Reporte de AIE, p. 14).
  2. Cocinar con electricidad. Una de las razones por las que la demanda eléctrica cayó es porque cientos de miles de hogares ticos cocinan con gas GLP, según Aresep el país importó 319 millones de litros de GLP en el 2019. El ICE perdió esos clientes esencialmente por no poder competir en costo, eso a pesar de que el GLP tiene problemas de seguridad (i. e. incendios y explosiones que el país ha atestiguado). El Reporte mencionado, nos plantea que la tendencia mundial es volver a cocinar con electricidad, o sustituir gradualmente el uso del gas derivado del petróleo por hidrógeno. El ICE tiene una segunda oportunidad y puede recuperar parte de esa clientela.

¿Y los otros actores? La competencia es mundial y países como EE. UU., China y Alemania ya corren para ofrecer la energía del futuro y para atraer a las empresas más innovadoras que quieren asegurarse la energía verde antes que los otros. Empresas como Amazon, Fedex y otras 1.000 grandes corporaciones han adoptado estrategias para producir bienes y servicios que sean carbono neutral para el 2030 o antes. Un número creciente de países, según el reporte, se convertirán en carbono neutrales y esos compromisos ya suman más del 70% de las emisiones globales (p. 13). Costa Rica ya es parte de ese grupo de países comprometidos, y lo que planteo hoy aquí, es que no solo podemos competir, sino que Costa Rica puede ganar una de las medallas de esa verdadera olimpiada.

El reporte nos señala el norte: para atraer empresas de calidad mundial, toda la electricidad debe ser verde. Incluso, la producción de hidrógeno tendría que hacerse solo con fuentes renovables, aquí no cabría ni el llamado hidrógeno azul producido con derivados del petróleo.

El ICE es y seguirá siendo un actor dominante del mercado, pero no puede pretender ser el único. Bajo los escenarios actuales, me es imposible imaginar al ICE:

  • Proveyendo por si solo toda la electricidad verde que ocuparemos en los próximos diez años.
  • Sustituyendo a los dueños de las gasolineras cuando el grueso de la flota vehicular sea eléctrico.
  • Sustituyendo a las gaseras o a los transportistas de combustibles cuando estas deban sustituir el GLP, el diésel o la gasolina por hidrógeno o bioenergía para la industria, los restaurantes y los camiones pesados.

Más aún, la infraestructura que estos actores privados poseen hoy se puede convertir, sin mucho problema, para almacenar, envasar y distribuir hidrógeno y los biocombustibles que vendrán.

En otras palabras, necesitamos al ICE convertido en un líder, no en un actor monopólico. Para triunfar necesitamos un ICE que pueda satisfacer el crecimiento de la demanda eléctrica usual, más la que impondrá un sector del transporte electrificándose durante los próximos diez años. Esa no es tarea fácil y demandará de una enorme inversión y de muchos proyectos grandes y pequeños. Por ello, es conveniente la existencia de más actores públicos y privados que permitan tiempos de respuesta más cortos y atención personalizada a los centenares de cambios que requerirá la industria, los restaurantes, la hotelería y hasta los hogares, conforme los combustibles fósiles caigan en desuso.

Finalmente, además del reporte que les he recomendado leer, conviene observar la enorme transformación energética que preparan países como EE.UU., Alemania y China. Contra ellos tendremos que competir si queremos atraer empleos de calidad a nuestro país y evitar así que nuestros jóvenes tengan que emigrar a otras latitudes. Solo cooperando todos los actores que hoy operan en Costa Rica, combinando la inversión pública y privada y, sobre todo, con un ICE renovando su mentalidad, tendríamos una oportunidad de ganar una medalla en esta nueva carrera global.

¿Nos apuntamos?

rene.castro.cr@gmail.com

El autor es exministro de Ambiente.