El trabajo policial

El machismo y una cultura de agresiones obliga a fortalecer el trabajo policial.

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Una de las manifestaciones de la inseguridad es la violencia contra las mujeres, la cual arroja 21 feminicidios en lo que va de este 2018. Frente a esta realidad, cuya raíz común es el machismo y una cultura de agresiones sustentada en desigualdades históricas, el Ministerio de Seguridad Pública ha pasado del discurso a la acción y ha liderado cambios para coaduyar a la eliminación de este mal.

Entre las acciones emprendidas, está un más eficiente control de las armas de fuego. Para lograrlo se reformó el reglamento de la Ley de Armas y Explosivos a fin de autorizar a que cuando un arma de fuego sea utilizada en una agresión doméstica la Fuerza Pública procesa al decomiso y el Departamento de Armas y Explosivos inicie un proceso para la cancelación de la inscripción y el permiso de portación. Asimismo, se conformó una comisión para trabajar en una actualización del protocolo de actuación policial para la atención de casos de violencia intrafamiliar y modernizar sus contenidos.

Las capacitaciones de seguridad comunitaria fueron reforzadas incluyendo más información sobre el problema de la violencia doméstica e intrafamiliar, enviando el mensaje de que sus efectos son compartidos y no deben ignorarse cuando suceden en la comunidad de la cual forman parte.

Junto con lo anterior se creó un protocolo de intervención policial para atender casos de acoso sexual en espacios públicos, el llamado “acoso sexual callejero”.

Esta herramienta provee reglas claras a los oficiales de la Fuerza Pública para actuar cuando un hecho así suceda y les permite procesar los casos ante los juzgados contravencionales para impedir la impunidad. En sus primeros días de práctica, el protocolo ya arroja resultados y se ha vuelto de acatamiento obligatorio para todos los cuerpos policiales del Gobierno.

Control interno. Otra tarea emprendida por el Ministerio son los esfuerzos internos para atacar las manifestaciones de violencia dentro de la institución. Por ende, se han efectuado programas para entrenar al personal. Entre los contenidos está la lucha contra el hostigamiento sexual y la importancia de visualizar nuevas masculinidades.

Para consolidar este trabajo, fueron incluidas en el Plan Operativo de la Fuerza Pública capacitaciones en el protocolo de intervención policial ante situaciones de violencia doméstica y talleres básicos regionales sobre violencia contra las mujeres.

Uno de los enormes retos es el apoyo a las mujeres policías embarazadas, quienes son víctimas de constantes discriminaciones. Por ello, se han tomado medidas para que gocen de condiciones adecuadas en su espacio de trabajo y durante sus funciones para evitar la discriminación contra ellas.

Quedan muchos retos pendientes porque no es una problemática que se atiende solo con acciones policiales y legales, sino también con cultura, principios y valores. Sobra la disposición y motivación para seguir trabajando en un mundo que combata estas manifestaciones y permita vivir en igualdad de condiciones. Un mundo donde todas las personas puedan sentirse seguras, entre ellas, las mujeres.

El autor es ministro de de Seguridad Pública y Gobernación.