El éxito del proyecto islandés

El deporte exige metas, aunque no se logren, lo cual crea cambios en los jóvenes

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Es un país de poca luz en el invierno y mucha en el verano. Es una nación escandinava muy pequeña, en donde los vientos fríos parecen cortar la cara como si fueran navajillas. Es inmensamente bello de día y de noche, en su pequeñez. Pero en ese clima, son líderes en sacar a los jóvenes de problemas por medio del deporte, la promoción de las artes y el combate de las drogas.

En 1990, los jóvenes amanecían drogados y borrachos en las calles. Varios científicos sociales norteamericanos y de Islandia iniciaron el estudio del problema. Basados en encuestas a los jóvenes y trabajos científicos, valoraron la gravedad de la situación. Varios alcaldes se arrollaron las mangas. Abrieron de noche espacios para la música y todo tipo de deportes, con clima temperado para vencer los grandes fríos del país.

Establecieron campos de bádminton y piscinas para nadar de noche. La juventud fue amablemente invitada a participar en multitud de programas deportivos y musicales con el fin de alejarlos de las drogas. El programa ha sido transferido a 35 ciudades y hay ocho que lo estarán poniendo en operación próximamente.

Los padres de familia reciben un bono para pagar estas actividades juveniles y se comprometen a mantener un diálogo y una vida familiar más intensa. Islandia acabó con las borracheras y bajó notablemente el consumo de drogas, lo cual está científicamente medido y comprobado.

Exportador de iniciativas. Islandia exporta este modelo social como producto terminado a muchas ciudades de Europa y Rusia, con sus programas de promoción de valores para los jóvenes. Resultados: hoy, Islandia participará por primera vez en un Campeonato Mundial de Fútbol, el de Rusia. En la Copa Europea, su fútbol logró los mejores puestos. Y la alegría no necesariamente tiene que pasar por la borrachera, sino por la inteligencia de saber combatir, adecuadamente, las drogas, transformando a sus jóvenes para que logren la ilusión de muchos deportistas y músicos, que son la ocupación primaria de los padres de familia, después de sus horas de trabajo.

Hay un pacto entre los jóvenes y sus familias. Deben estar en sus casas a las 10 de la noche en invierno y a las 12 en verano. Un eje familiar, leyes y actividades han tenido un efecto positivo en la reducción de consumo de drogas y un gran incremento de deportes. Es el precio del cambio.

Ejemplos de Costa Rica. Es un magnífico intérprete en su flauta. Ya es músico profesional, hondureño, residente en nuestro país, graduado en la Universidad de Costa Rica. José Mario Portillo me enseñó hace algunos años su flauta con la que se ha presentado en muchos conciertos y ha llevado a cabo varios proyectos.

En Frailes de Desamparados, tiene un exitoso programas de música con muchos jóvenes líderes. Con su colega mexicano José Pablo Sánchez, un eminente flautista, fundó en San Antonio de Desamparados una escuela de música y organizó un encuentro juvenil internacional para incrementar la calidad y destrezas en un grupo de 50 flautistas invitados.

Siempre con nuevos proyectos y con músicos jóvenes, es un líder que mueve a otros.

Con frecuencia lo escucho en diferentes iniciativas musicales. La música tiene un gran potencial para sacar a los jóvenes de las esquinas deterioradas de la violencia y las drogas.

¿Cómo formar campeones? Hay algo de individualismo en nuestros deportes. Los juegos colectivos son difíciles de organizar, por eso, tenemos tantas individualidades en algunas disciplinas. ¿Es parte de nuestra forma de ser?

El profesor Jaime Peña, junto con su equipo periodístico en Radio Columbia, da mucha atención los domingos a deportes que parecen marginales, como el fútbol calle, fútbol sala y otros que logran sorprendentemente levantar el espíritu competitivo de muchas asociaciones deportivas que laboran en silencio, pero que hacen mucho bien.

Me pregunto: ¿Por qué razón no tenemos más líderes deportivos y por cuál motivo somos tan débiles en las Olimpiadas? Aunque hay relámpagos de éxito en esgrima, en los maratones y en ciclismo, además del fútbol.

Todos los deportes están llamados a producir la cultura del liderazgo y de cambio con el esfuerzo. ¿Por qué razón no estamos en los primeros lugares de lo los campeonatos de tenis y pimpón, por ejemplo, o de algunas otras disciplinas en las cuales tenemos capacidades? Somos un país en donde miles corren todos los días y hay cuatro escuelas de ciencias del movimiento y del deporte.

Drogas hasta el cuello. Todo esto ocurre cuando el país está infestado de la mayor ola de contaminación de drogas de todos los tiempos. Sé que las autoridades se esfuerzan, pero la suma del narcotráfico, el alcoholismo y la violencia tiene salidas, mas se necesitan alianzas para valiosas iniciativas, como en Islandia.

Me ilusioné al conocer los avances de escuelas de fútbol, equipos y ligas de béisbol, atletismo y fútbol como Linafa, liga de no aficionados con más de mil equipos en siete provincias.

Y cuando dos entrenadores de fútbol de equipos menores, Limón y Santos de Guápiles, logran éxitos en sus enfrentamientos me siento muy emocionado.

El deporte, además de algunas medallas, forma carácter, hace líderes, ilusiona a padres de familia, y lo más importante: exige metas, aunque no se logren, lo cual crea cambios en los jóvenes. El principio es ponderar la exigencia para que la sociedad no sucumba.

El autor es diplomático.