El aguinaldo

El aguinaldo es un derecho desde mediados del siglo XX, pero la informalidad y la falta de empleo fijo priva a una gran cantidad de disfrutar de él

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

En estas fechas, es justo recordar las luchas detrás del derecho al aguinaldo, una conquista social liderada por el hoy benemérito de la patria Luis Alberto Monge, presidente de la República de 1982 a 1986.

No fue un proceso fácil, enfrentó grandes objeciones, algunas tan alarmistas que señalaban el riesgo de quiebra de las empresas. Su aprobación incluso demandó el resello del Congreso.

Por primera vez aparece el derecho al aguinaldo en el año 1954, gracias a la Ley 1835, limitado a algunos funcionarios y dejaba fuera a las instituciones autónomas, semiautónomas y municipalidades. Fue al año siguiente, mediante la Ley 1981, que se incluyó a los demás trabajadores del Estado, pero quedaron los del sector privado en condición de desigualdad.

Luego de varias luchas, incluso contra el presidente Mario Echandi, quien vetó la iniciativa legislativa y tuvo que ser resellada, se convirtió en ley de la República, la número 2412, donde se incluyó a los empleados de la empresa privada.

En esa época se entendió que, al igual que cuando se aprobaron las garantías sociales, la conquista social era un mecanismo redistributivo que garantizaba la paz social. Valga este recordatorio histórico para quienes lo reciben, gracias a que hoy es un derecho incuestionable, pero no fue sencillo alcanzarlo.

El Financiero dio algunas recomendaciones valiosas sobre cómo aprovecharlo, la regla 35-35-30, muy simple para el buen uso de este derecho: destinar el 35 % a gastos específicos, como el marchamo, que por cierto y merced a la Asamblea Legislativa este año se rebajó; un 35 %, al ahorro; y, por último, un 30 % a disfrutar y gozar de unas merecidas vacaciones.

Desde otra óptica, es triste reconocer que quienes reciben el aguinaldo son trabajadores privilegiados, que no solo cuentan con un ingreso fijo mensual, sino también cobertura de la seguridad social y otras garantías, pero existen otros que por su condición de desempleo o su participación en la informalidad carecen de este derecho.

Según datos del INEC, el país viene perdiendo empleos, y esto obedece a la falta de una verdadera política de reactivación económica. Recordemos en estos días de fiesta que la mejor política social es que la gente cuente con un trabajo de calidad.

nmarin@alvarezymarin.com

La autora es politóloga, miembro del Advisory Board del Wilson Center en asuntos para América Latina.