Ejemplar decisión

La Sala IV, en un voto ejemplar, obliga a la UNA a dar espacio a la presentación de un libro con cuyo contenido tal vez una gran mayoría no esté de acuerdo.

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Cualquier violación contra la libertad de expresión es grave. Cuando procede de las más altas autoridades de una universidad pública, peor. Por esto es tan importante la resolución de la Sala Constitucional que declaró con lugar un recurso de amparo contra el rector de la UNA, Alberto Salom, por prohibir la presentación de un libro en sus instalaciones.

Por lo que he leído sobre esa obra (El libro negro de la nueva izquierda), su contenido es una colección de prejuicios, inexactitudes y teorías conspirativas. Por ejemplo, define la “ideología de género” como “una suerte de pornomarxismo de tinte pansexual”: ¿Don Carlos Marx en bragas, con labios fucsia y melena rosada? Pero es precisamente el rocambolesco carácter del libro lo que puso a prueba el compromiso de los jerarcas universitarios con la libertad de expresión. Fallaron lamentablemente y, de paso, revelaron una inquietante ignorancia sobre ella.

Salom adujo, al sustentar la prohibición, que el trámite de un estudiante para solicitar el espacio donde presentar el libro había sido engañoso, que su naturaleza es comercial, que el contenido contradice la política antidiscriminatoria de la UNA, que dos consejos académicos se habían opuesto a su presentación y que grupos externos habían amenazado con violencia.

Todo esto lo rechazó la Sala. La médula de su decisión, unánime, está en una frase: “Aun cuando la posición de una persona parezca incorrecta, insostenible y hasta retrógrada, el esquema democrático le permite expresarla”. Y así se expresó sobre el argumento de posibles desórdenes como justificación para tapar la boca: “El derecho se encuentra del lado de aquellos que respetan la opinión de terceros, no de aquellos que buscan acallar a otros mediante violencia o amedrentamientos”.

Preocupa que tan altas autoridades universitarias fueran incapaces de discernir aspectos tan elementales sobre la libertad de expresión y usaran la censura (así lo dice la decisión judicial) para resolver el tema. A la vez, reconforta y tranquiliza que la Sala Constitucional se mantenga fiel a su robusta jurisprudencia en la materia. Ahora, el rector Salom deberá poner un espacio a disposición del estudiante para presentar el libro, y la UNA pagar los daños y perjuicios ocasionados, si llegaran a reclamarse. Ejemplar.

Correo: radarcostarica@gmail.com