Dura curva de aprendizaje

En la sociedad del espectáculo, aprender a hablar con mesura es tarea cuesta arriba

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En el comienzo de su mandato, don Rodrigo Chaves descubrió el hielo. Una gota fría resbaló por sus hombros cargados ahora de apremiantes responsabilidades. Así, y de repente, advirtió la volatilidad de sus fortalezas. El nervio de la retórica electoral lo llevó a la presidencia con exabruptos. El poder le pregona, en cambio, prudencia. Al exceso verbal de un decreto inopinado, siguió unánime rechazo y el valor de un bienvenido retroceso. Era un traspié innecesario, en una mal escogida batalla. Tal vez por lo inesperado, ese repliegue merece aplauso.

Sigue un flanco posiblemente abierto. Los activos se tornan debilidades y los aliados se vuelven abruptamente incómodos. Pilar Cisneros, motor de su victoria, enfrenta una desafiante curva de aprendizaje. Su profesión de periodista le enseñó el rédito de la hipérbole noticiosa que gana audiencia con escándalo. Ahí, su voz acusadora fue compañera familiar de nuestra infancia.

Tribuna implacable, igual denunciaba que descalificaba. La corrupción fue fustigada y políticas públicas, descalificadas. A veces con razón; otras, sin ella. Recuerdo su censura de la política de seguridad de Chinchilla. Esa política logró bajar los índices de criminalidad y construir espacios seguros en las comunidades. Pero doña Pilar la sacrificó en el altar noticioso de su discrepancia.

No necesitó adaptación alguna ese estilo para ser invaluable en el triunfo de Rodrigo Chaves. Pasada la página, doña Pilar mantuvo sus viejos usos. Era reflejo pavloviano. Lo bien aprendido por profesión puede, sin embargo, convertirse en impredecible pistola suelta en la Asamblea Legislativa. Cuando se impone serenidad y cautela, lo que menos necesita el país son desatinos en el foro.

Esa peligrosidad mostró los dientes cuando doña Pilar afirmó, sin mucha reflexión, que Chaves declararía “quebrado” al país. Ni el presidente pensaba eso, ni era realidad. Su aseveración habría arriesgado la valoración crediticia de Costa Rica porque su dicho no era de periodista, sino de la figura más reconocida del nuevo presidente. ¡A correr viejas y nuevas autoridades, calificadoras de riesgo incluidas! ¡A desmentir la imprudencia!

Fue un botón de muestra. En la sociedad del espectáculo que se vive, cuando todo enseña la palabra desmedida, se hace cuesta arriba aprender a hablar con mesura.

vgovaere@gmail.com

Velia Govaere, exviceministra de Economía, es catedrática de la UNED y especialista en Comercio Internacional con amplia experiencia en Centroamérica y el Caribe. Ha escrito tres libros sobre derecho comercial internacional y tratados de libre comercio. El más reciente se titula “Hegemonía de un modelo contradictorio en Costa Rica: procesos e impactos discordantes de los TLC”.