Devaluación china

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Cercana al 5%, esta semana se dio la mayor devaluación en más de dos décadas de la moneda china yuan o renminbi. ¿Cómo debe interpretarse esta noticia? ¿Qué mensaje manda a los mercados? ¿Y qué implicaciones tiene para América Latina?

Hay que entenderlo dentro del complejo estado de la situación China. Su economía ha decrecido hasta un 7%; el más bajo en los últimos 25 años. Este es un porcentaje que se desean la mayoría de las economías, pero no así una China que tuvo por muchos años crecimientos de dos dígitos.

Por otra parte, la especial vinculación del yuan con el dólar y por estar su valor tan fortalecido frente a otras monedas, le inyectaba presión a la economía y le restaba competitividad a sus exportaciones, como lo muestra su alarmante baja de un 8,3% en julio, comparado con el del año anterior.

Existe temor de que este sea el inicio de una nueva guerra de monedas y la búsqueda para facilitarle crecimiento al sector exportador chino, el cual, pese a los intentos de estímulo al mercado interno y al consumo doméstico, aún sigue teniendo –en las exportaciones– el gran motor de la economía.

Se especula también que se desea enviar una señal al FMI, en momentos en que se pretende que el yuan sea aceptado como reserva y entre a la selecta lista de derechos especiales de giro, hoy limitada al euro, la libra esterlina, el yen y el dólar estadounidense.

Para los opositores, tal acción reafirma, más bien, el manejo manipulado de esta moneda y lo utilizan como argumento en contra de su aceptación como reserva.

Ante la inesperada noticia, los mercados han caído, llevando la peor parte el mercado de “commodities,” sea las materias primas y minerales, así como negocios altamente dependientes de las ventas, hoy más caras, en el mercado chino. Sobresalen las marcas de lujo y las aerolíneas.

En América Latina, el golpe lo sentirán más las economías muy dependientes del mercado chino, como Chile, Perú y Brasil, que venían sufriendo ya el menor apetito por sus materias primas del que es uno de sus mayores socios comerciales.

Si estos niveles de devaluación fueron importantes hace 20 años, cuando China era la octava economía del mundo, lo es más ahora que ocupa el segundo lugar y es uno de los escasos motores de crecimiento mundial. Sus acciones tienen un impacto global, de ahí la importancia de seguir de cerca los alcances del tema.

(*) Nuria Marín Raventós es licenciada en Derecho por la Universidad de Costa Rica y máster en Artes liberales por Harvard University. Es cofundadora y vicepresidenta del grupo empresarial Álvarez y Marín Corporación.