Ciega mezquindad

La red de cuidado infantil y de adultos mayores está siendo abandonada

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Muchos años después, algún niño preguntará a su abuelo si la primera mujer presidenta dejó algún legado especialmente trascendental en Costa Rica. Yo conozco, desde ahora, la respuesta. No soy profeta ni historiadora, pero en 20 años, la respuesta podría ser: la red nacional de cuidado de niños y adultos mayores, si sobrevive hasta entonces.

No existe capítulo de nuestra reciente agenda social que sea más digno de apoyo. Representa una comprensión holística de la cadena de vulnerabilidades conexas al nacer en la pobreza. Todo está ahí: empleo de madres con infantes, formación sociocultural de los primeros años, socialización temprana, prevención de futuras asociaciones delictivas. Pero esa estafeta de la política de Estado exige continuidad y compromiso. A eso, no sé cómo contestará el abuelo. Me temo que diga que fue una buena intención que se fue diluyendo con el tiempo.

La red también responde a la necesidad de ofrecer una prematura prevención a abandonos lacerantes de almas debilitadas por el peso acumulado de la pobreza y el paso agotador de los años. Apenas una década después, las calles siguen siendo testigos apesadumbrados de una política interrumpida. A eso, el abuelo no sabrá cómo responder sin lágrimas. En ninguna parte se siente la consolidación y continuidad de un auxilio estatal estatuido y, teóricamente, debidamente financiado.

Pero no hemos llegado todavía ahí. La red de cuidado de la niñez y la vejez aún vive, con todo y advertencias crecientes de pasar a ser la primera víctima de recortes presupuestarios. Un creciente número de ancianos abandonados en hospitales, residentes de nuestras calles y vecinos de nuestras aceras nos alerta de la tragedia de una vejez en desamparo.

Entonces, el abuelo contará, tal vez, que las siguientes generaciones, embriagadas de consumo superfluo y hedonismo desbocado, olvidaron el desafío de la generosidad y perdieron el coraje de enfrentar la indiferencia.

No estamos ahí, pero hacia ahí vamos. No se escuchan voces que exijan prioridad y más presupuesto para las redes de cuidado. Niñez y vejez son los eslabones más débiles de las cadenas de un contrato social fracturado. No se entiende que esa ciega mezquindad afectará nuestras vidas, nuestros barrios, nuestro entorno y nuestra gobernanza.

vgovaere@gmail.com

Velia Govaere, exviceministra de Economía, es catedrática de la UNED y especialista en Comercio Internacional con amplia experiencia en Centroamérica y el Caribe. Ha escrito tres libros sobre derecho comercial internacional y tratados de libre comercio. El más reciente se titula “Hegemonía de un modelo contradictorio en Costa Rica: procesos e impactos discordantes de los TLC”.