¿Qué tienen en común el biólogo David Castillo, los estudiantes Laura Rodríguez y Adrián Orozco y la pequeña bailarina Mariángel Gómez?
Todos ellos son notables representantes del talento nacional, de ese sello genético «Hecho en Costa Rica», que se esparce por muchas ramas del quehacer humano.
Castillo, quien desde hace 12 años reside en Estados Unidos, tuvo la oportunidad de presentar allá, en un prestigioso simposio virtual organizado por instituciones reconocidas por su labor científica, los hallazgos de dos investigaciones sobre células madre.
Dicha actividad pretende dar a conocer la labor sobresaliente de científicos que realizan estudios de posgrado y que han tenido menos oportunidades por razones de etnia y nacionalidad o por provenir de comunidades marginadas.
Por su parte, los jóvenes Rodríguez y Acosta, de Acosta y Heredia, respectivamente, demostraron que en los colegios públicos hay mucha capacidad intelectual, pues se colocaron entre los mejores 20 promedios de admisión de la Universidad de Costa Rica (UCR) para el 2021.
Estos muchachos, al igual que miles de alumnos de la enseñanza pública, sufrieron el año pasado una significativa desmejora en el proceso de aprendizaje, cuando la pandemia obligó a suspender las clases presenciales. Pero, aun así, con esfuerzo y disciplina, lograron su meta.
Y, con solo 13 años, Mariángel es toda una campeona internacional de baile. La hija del cantante Tapón sobresale en torneos centroamericanos e, incluso, en el 2020, ganó en la categoría infantil de salsa, en la versión virtual del Campeonato Mundial Euroson Latino.
Su habilidad natural, sumada a las horas de entrenamiento y el apoyo de sus padres, la han convertido en una prometedora embajadora del talento nacional.
Como ellos, hay muchísimos ejemplos de costarricenses valiosos que destacan dentro y fuera del país por su destreza, su conocimiento, su ingenio y, sobre todo, por su capacidad para sobreponerse a la adversidad con el fin de cristalizar sus sueños.
Artistas, científicos, deportistas, estudiantes, profesionales, emprendedores y tantos otros hijos de nuestra patria brillan en el mundo por sus virtudes y aportes. Ojalá sepamos reconocer y agradecer su esfuerzo, y ayudar a quienes vienen detrás de ellos.
rmatute@nacion.com