Alto riesgo en el Congreso de EE. UU.

Los peligros de parálisis gubernamental y quiebre democrático se acrecentaron tras la elección de Mike Johnson

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Desde que, el 3 de este mes, una rebelión del ala más extrema republicana condujo a la destitución de Kevin McCarthy como presidente (speaker) de la Cámara de Representantes, el cargo quedó vacante. En el ínterin, tres candidatos sucesivos fracasaron en su intento por sustituirlo, y mientras el Cercano Oriente se incendiaba tras los ataques terroristas de Hamás, el Congreso estadounidense estuvo paralizado.

Las feroces pugnas internas en esa bancada, con mayoría de 222 a 212 sobre los demócratas, hicieron fracasar múltiples rondas de votación. Hasta que, el miércoles, Mike Johnson, de Luisiana, uno de sus miembros menos conocidos, pero más conservadores, obtuvo el sí unánime de sus compañeros. (Los demócratas siempre votaron a favor del candidato propio).

A partir de ayer, la Cámara reanudó funciones. Cesó el caos momentáneo, pero se abrió un período de altísimo riesgo. Para afirmarlo, basta con repasar la trayectoria del elegido, su cercanía a Donald Trump y la incapacidad de los más moderados para frenarlo.

Johnson, de la derecha evangélica más dura, se opone al matrimonio igualitario (también al aborto), niega la ciencia del cambio climático y la teoría de la evolución. Tras las elecciones del 2020, propagó la mentira de un fraude. En diciembre de ese año, convenció a 100 colegas republicanos de respaldar una demanda presentada a la Corte Suprema de Justicia para anular los resultados electorales en cuatro estados ganados por Joe Biden. Fracasaron. El 6 de enero, en medio del asalto al Capitolio, estuvo entre quienes se negaron a certificar su triunfo. También fracasaron. Antes, como abogado, había aportado argumentos a Trump en el mismo sentido.

En las próximas semanas deberá aprobarse una autorización presupuestaria para que el Gobierno siga funcionando. Será necesario negociar con los demócratas, pero la disposición de Johnson es mínima. Dentro de 13 meses habrá nuevas elecciones. La confrontación Biden-Trump parece inminente; también, la posibilidad de un resultado estrecho y de que, si pierde el segundo, denuncie fraude. La Cámara enfrentaría de nuevo fuertes presiones para bloquear el triunfo demócrata. Y será muy difícil que Johnson las contenga.

Los peligros de parálisis gubernamental y quiebre democrático han aumentado. Será muy difícil atemperarlos.

Correo: radarcostarica@gmail.com

X (anteriormente Twitter): @eduardoulibarr1

El autor es periodista y analista.