Cartas a la Columna

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Tarjeta perdida

Cliente espera respuesta de banco

Hace unos meses extravié mi tarjeta de débito y terceros la usaron para hacer compras, por lo que perdí un monto bastante alto de dinero.

La ejecutiva de servicio telefónico del BAC me garantizó que el dinero se me reintegraría porque los comercios aceptaron mi tarjeta sin verificar la cédula de identidad.

Tengo más de cinco meses de esperar el reembolso por parte del BAC y nadie sabe nada.

Jonathan Salas Urbina

Mercedes Sur, Heredia

Cuidar a los niños

Cada vez se escuchan con más frecuencia las quejas y la contagiosa angustia de los padres cuyos niños requieren una intervención quirúrgica, y nuestras autoridades no resuelven los problemas por falta de voluntad y cooperación interhospitalaria, como este medio ha señalado recientemente.

A los jerarcas de los tres poderes de la República les digo que es una vergüenza que nos preciemos de respetar la vida, al tiempo que se hace lo contrario con los derechos básicos, como el de la salud. Soy madre y me preocupa esta situación.

Les recuerdo a las autoridades competentes que aquí no sobran los niños: es nuestro deber cuidarlos y protegerlos.

Flor Madriz Gamboa

Cartago

Anualidades en Sutel

En un artículo que publicó La Nación el 7 de octubre anterior, se indica que la Junta Directiva de la Aresep solicitó criterio legal a la firma de abogados BDS Asesores, sobre si procedía el pago de anualidades al personal de la Sutel que se contrató bajo la figura de salario global.

El análisis de esta firma concluyó que no procedía el pago; sin embargo, este criterio lo había dictaminado ya la Procuraduría General de la República (PGR). ¿Para qué este gasto, que lo costeamos todos los costarricenses, si contamos con la PGR?

Wilber I. Sosa Esquivel

Puntarenas

Apoyo a Gerardo

El intento de asesinato del valiente joven Gerardo Cruz –quien denunció el acoso callejero de un hombre hacia una mujer– es un llamado a la unión y la reflexión.

La actitud de Gerardo fue elogiada por miles de personas que repudiaron el acto del acosador; aunque también fue descalificado por otros, quienes lo tildaron de “sapo” e incluso lo amenazaron. La abuela, en una entrevista, dijo que él presentía algo malo en su contra.

Costa Rica es un Estado de derecho, toda persona es inocente hasta que se declare lo contrario, pero sí destaco la impresionante coincidencia de dos actos separados por tan solo tres días.

Me rehuso a aceptar que nuestra querida Costa Rica haya caído en semejante nivel de indiferencia y tolerancia de la violencia.

Me preocupa y entristece que la tentativa de homicidio pudiera estar relacionada con la denuncia que Gerardo hizo, ya que eso amenaza nuestra libertad de expresión, por el temor a represalias contra la persona que denuncia o sus seres queridos.

No podemos permitir que nos intimiden. Tenemos que alzar la voz, no ceder ni un solo centímetro ante nuestro derecho a expresarnos libremente. Si dejamos que siembren la semilla del miedo, pronto se convertirá en un árbol fuerte y será difícil de derribar. Nuestra libertad está en juego: vivir con miedo es perderla.

Gerardo es un joven que denunció un acto indigno. Es probable que haya pensando como un humanista y que esa mujer, víctima de acoso, podría ser su hija, esposa o madre.

Él logró lo que ni nuestras autoridades o el mismo Inamu han conseguido: poner en la opinión pública el debate del acoso callejero a una escala sin precedentes. Ese fue su regalo a la sociedad, debemos apreciarlo y ver en la tormenta un rayo de sol para buscar las soluciones pertinentes.

No esperemos a que acosen en la calle a una mujer cercana a nosotros para dejar la indiferencia, debemos unirnos por la batalla que inició Gerardo. No dejemos que su acto heroico sea en vano.

Diego Porras Alonso

Curridabat