Cartas a la columna: Víctima de delito informático

Cometido mediante llamada telefónica

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Fui víctima de un delito informático hace un mes. Diferente a lo que conocía, nunca me solicitaron información sensible («e-mail», contraseñas, etc). Lo llamativo de mi caso, al menos así lo considero porque desconocía el método, fue que por medio de una llamada telefónica mi celular fue hackeado y así obtuvieron los códigos que los bancos solicitan para confirmar transacciones bancarias.

Ellos tenían mi «e-mail», y, mientras estaba en la llamada, me solicitaron el cambio de contraseña. Una vez dentro de mi cuenta de correo y de mi celular, accedieron a Banca Fácil del Banco Popular.

No abrí ningún correo electrónico que hubieran enviado. Mi celular es un iPhone que, según Apple, contiene un antivirus, tengo el sistema operativo actualizado y cuento con una aplicación para proteger el teléfono.

El delito informático es analizado desde solo una perspectiva, la del banco, y, según los funcionarios, la culpa es del cliente y ellos no tienen ninguna responsabilidad. No recuerdo en este momento que ningún otro medio de comunicación haya tratado este problema desde la óptica del cliente. Como dicen, «si solo se escucha la versión de Caperucita, el lobo siempre va a ser el malo».

Andrea Medina Méndez, Goicoechea

Independencia

Nuestra independencia no fue declarada en un acta en la Capitanía General de Guatemala el 15 de setiembre de 1821, algo que de por sí los guatemaltecos nunca hicieron ni quisieron. Bien sabemos que fue en un cabildo abierto convocado para resolver este asunto, el 29 de octubre en Cartago, cuando se firmó y proclamó nuestra independencia de España.

Fue un acto consciente y soberano. A partir de ahí, somos independientes, no antes ni después. Todo lo demás es distorsión histórica, y nunca, nunca la independencia nos llegó por correspondencia. Que viva la verdad histórica y viva el bicentenario.

Habib Succar Guzmán, Zapote

Símbolos patrios

El artículo «La desaparición del escudo nacional», del exministro de Educación Francisco Antonio Pacheco («Página quince», 8/9/2021), menciona la supresión del escudo nacional de la documentación relevante del gobierno.

Antes nos enseñaban que el respeto por los símbolos nacionales —escudo, bandera, himno, etc.— crean conciencia patria.

Quizá para algunos dirigentes actuales o en proceso, y para grupos de poder de hoy o por venir, estos sentimientos patrios resulten peligrosos, inadecuados o poco deseados, ya que nos hacen más firmes, más concisos, más estructurados. ¿Tal vez más exigentes?

Es evidente que se desea y practica lo contrario: actitudes cívicas laxas, un vivir y dejar vivir cómplice de las verdades a medias, un fútil pura vida.

Crisanto Badilla Argüello, Heredia

Deterioro vial

El retroceso vial, al cual se refirió el editorial del 11 de setiembre, existe en la carretera que va de Tibás hacia Santo Domingo, por la antigua Neón Nieto. La gran cantidad de maleza impide manejar con seguridad y el monte cubre la acera. Hay ramas caídas y arbustos a punto de caer en la vía pública. Me puse en contacto con un ingeniero de apellido Jiménez de la Municipalidad de Tibás y me respondió que el mantenimiento le corresponde al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), aunque la vía es territorio tibaseño.

El puente, cuyo asfalto está lleno de huecos, carece de baranda en tres metros de largo, lo cual es un peligro para la gran cantidad de conductores de vehículos particulares, buses, busetas y furgones.

En la Unidad Técnica Vial de la Municipalidad me respondieron que también le corresponde al Conavi resolver el problema. La Municipalidad de Tibás debe buscar un mecanismo de contratación inmediata o agilizar el proceso.

Rita Roldán Rodríguez, Tibás