Parques con zacate alto

En la urbanización Monte Alegre en Zapote, a pesar de los altos impuestos que pagamos, los parques para los niños y adultos mayores están abandonados con el zacate altísimo. Hace unos seis meses que la Municipalidad de San José no viene a chapear. Solicito, en nombre de los vecinos, que el ayuntamiento se encargue cuanto antes.

Carlos Alberto Mora Badilla, Zapote

Pensión a pagos

Hace poco me pensioné y me encontré con una ley que prohíbe acceso total a mi pensión complementaria. El argumento es que dan un porcentaje ínfimo mensual como complemento a la pensión de la Caja Costarricense de Seguro Social. Mientras tanto, la operadora de pensiones del banco trabaja con mi dinero ahorrado durante largo tiempo. Dicen que me la darán completa cuando cumpla 86 años, o sea, mis bisnietos la disfrutaran mucho.

María Teresa Carballo Prada, San José

No le hicieron rebaja

Solicité una cita en Asembis para un ultrasonido de mamas el 27 de julio, con la suerte, según me indicaron en dos ocasiones, de que en julio este examen tenía un 10 % de descuento. Sin embargo, no me hicieron el descuento porque el lunes 23 terminó la promoción. Espero una respuesta de Asembis.

Teresita Chacón Gutiérrez, San Pablo, Heredia

Ayuda a indigentes

En Heredia, gracias a la abundancia de recursos públicos, la Municipalidad ha mejorado algunas obras de infraestructura, pero observamos con gran preocupación el crecimiento acelerado de población indigente en el sector urbano, al igual que en la cabecera de otras provincias. Esto es producto de la desintegración familiar, el desempleo y el consumo de drogas, lo que obliga a las autoridades locales a poner en práctica programas de asistencia humanitaria que no fomenten la pobreza por darles regalías sin pedir nada a cambio.

Es urgente ayudar a esta población a ser productiva y que colaboren con el crecimiento humano y el ornato de las provincias.

Álvaro Chaves Sánchez, Heredia

Alquiler amargo

Recomiendo cuidado a la hora de alquilar un cuarto en ciertas casas de estudiantes en el área de San Pedro y Los Yoses, pues el arrendador se aprovecha de los extranjeros que vivimos en San José por pocos meses; no solo no devolvió el depósito a muchos inquilinos, sino que irrespeta de manera constante, miente y agrede a los inquilinos. Es una pena irse de Costa Rica con un sabor amargo por tantos problemas que tuvimos con esta persona que no respeta las leyes. Aún peor es irse y saber que seguirá con lo mismo.

Theresa Otto, estudiante alemana

Rebajo de Uber Eats

Mi hijo de 18 años trabaja como repartidor para Uber Eats hace dos meses. El miércoles anterior iba a dejar una comida en una zona peligrosa de Heredia, el acceso a la casa del cliente era una calle de lastre de unos 300 metros, sin iluminación pública y con lotes baldíos a ambos lados. Llamó al cliente para explicarle la situación y pedirle recogiera sus alimentos en algún otro punto, pero se negó. Mi hijo se comunicó con la línea de Soporte para solventar inconvenientes y el operador indicó que llamaría al cliente; minutos después dieron por cancelada la orden y mandaron a que dispusiera de los alimentos.

Uber le hizo un rebajo de ¢18.000 colones al cobrarle la comida del cliente. Se hizo el reclamo, pero dicen que no hay explicación lógica para no haber entregado el producto, aunque se avisó de la alta peligrosidad del área. Si algo le hubiese pasado a mi hijo, ¿Uber repondría la motocicleta si se la roban? ¿A Uber le importa la seguridad física de sus socios? ¿Quién regula a esta empresa en un caso como este?

Osvaldo Danny Bryan Vega, Heredia

Ruido en La California

Es triste lo que la Municipalidad de San José ha permitido en barrios que eran lugares habitables hasta hace poco, como La California y Escalante. Hace años habían muchas oficinas y otros negocios, pero los restaurantes y bares han traído gente que carece de la más mínima consideración con quienes vivimos aquí hace décadas.

Puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que aquí no hay un solo día de paz: los olores a carne asada, los jóvenes que fuman marihuana a toda hora, grupos de gente en la madrugada y la música electrónica de un local inundan nuestras calles. Johnny Araya ha permitido que perdamos nuestros derechos.

Eugenia Soto Suárez, San José