Cartas a la columna: Cobro a la LDA

Doble débito de entradas

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Pagué la entrada para el partido del 8 de diciembre de la Liga Deportiva Alajuelense (LDA). Por un problema en la página de Internet, rebajaron el monto de los tiquetes dos veces y no me llegó el correo de confirmación de la compra.

La administración del club me dijo que iba a verificar la información con el banco para hacer la devolución. Me solicitaron los datos mediante un correo eléctronico, pero no me han devuelto el dinero ni hay respuesta del banco ni de la LDA.

Nahomy Hoo Argüello, San José

Huelgas futuras

Una amiga me dijo que va a desafiliarse del sindicato al cual pertenece porque no encuentra sentido pagar una cuota del 1 % si en el futuro no se le pagará el salario hasta que la huelga sea declarada legal. Será necesario que los sindicatos creen un fondo como subsidio para entregar a sus afiliados los días no laborados.

Gerardo Solano Roldán, San José

Niños sin defensa

El presidente, Carlos Alvarado, firmó la norma técnica para el aborto terapéutico y se escuchan debates acalorados a favor y en contra. “La vida es sagrada”, dicen muchos, acompañados de las organizaciones religiosas a las que pertenecen. Hubo marchas de protesta y colgaron lazos en las rejas de la Casa Presidencial.

¿Qué es lo sagrado: la vida o el nacimiento? Según el cristianismo, es la vida digna de la criatura, su desarrollo óptimo y en un entorno de amor y protección o en donde por lo menos se le provean sus necesidades básicas, como alimentación, salud y seguridad. Ni el Estado ni las organizaciones religiosas ni el pueblo pueden garantizar eso a los bebés.

Vivimos una crisis de violencia intrafamiliar jamás vista. Estamos fallando como sociedad. Todos tenemos sangre en las manos, no solo las instituciones públicas.

La responsabilidad de las injusticias sociales es nuestra y afecta la vida de todos. Quienes tienen más de lo que necesitan deben compartir los recursos. Quienes padecen de ira, impaciencia o adicciones deben buscar ayuda. Y quienes sean testigos de abuso y violencia deben reportarlo a las autoridades.

Debemos alzar la voz y exigir que se corrijan las deficiencias institucionales. Es inmoral mantenernos al margen de los hechos, aferrados a nuestros recursos y a nuestras creencias religiosas mientras haya niños que mueren en medio de nosotros. Tenemos que estar dispuestos a garantizar y a defender la vida digna de los inocentes, no solo su nacimiento.

Anayansi Lizano Mora, Escazú

Aptos para cambiar

Reconocer lo que está mal y la pertinencia de variar es fácil, se trata de un proceso racional. Los políticos proponen hacer cambios y la mayoría de las veces todo queda igual.

Los seres humanos estamos condicionados para satisfacer las necesidades con el menor esfuerzo posible, así es más fácil y más cómodo. Cambiar ocasiona problemas, requiere trabajo y, cuando se introduce una modificación considerable y las cosas regresan a cero, es necesario aprender de nuevo y salir de la zona de confort.

Cambiar implica condiciones: hay que desearlo, las grandes reformas son difíciles, no deben causar demasiadas molestias, pero sí producir beneficios apreciables. De otra manera, las propuestas serán saboteadas y la metamorfosis nunca ocurrirá. Cambiar pacífica y democráticamente, y evitar que la inercia y la entropía destruyan las instituciones, amerita planificación cuidadosa porque la fuerza motriz de los cambios no es intelectual-racional, sino emocional, y no se consigue con órdenes ni buenos deseos.

Isidoro Zaidman Walzer, San José

Sentido esencial

Mucha razón tiene Eli Feinzaig al exponer acertadamente en su artículo “Sinsentido común” (La Nación, 13/1/2020) que hay resoluciones y decisiones emanadas de ciertas instituciones públicas que carecen por completo de sentido común y complican más los trámites, lo cual ocasiona duplicidad y desperdicio de recursos valiosos.

Un ejemplo típico de la carencia de ese fundamental sentido lo da el Instituto Nacional de Seguros (INS), cuando debe pagar la póliza para arreglar los daños ocasionados a un vehículo por una colisión.

El proceso es lento, a pesar de que el INS ha anunciado nuevas disposiciones y de asegurar que el trámite se caracteriza por ser rápido y sencillo. La realidad es otra.

La ausencia del sentido común auspicia en gran parte que nuestro país sea menos competitivo y se aleje de la urgente reactivación económica.

Ramiro H. Jiménez Rodríguez, Moravia

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