Cartas a la columna: Amos descuidados

Perros defecan en plaza de fútbol

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La plaza de fútbol de Jardines de Tibás, en Llorente, no es una letrina para perros. Es un espacio para hacer deporte y es utilizado por niños y adultos mayores que corren graves riesgos por la irresponsabilidad y la desconsideración de quienes permiten que su mascota utilice el espacio como sanitario. Esto contraviene el artículo 7 de la Ley de Bienestar de los Animales y está sujeto a una cuantiosa multa. Pido ayuda al Ministerio de Salud y a la Municipalidad de Tibás para castigar a los infractores.

Luis J. Castro E., Tibás

País atado

¿Es posible que Costa Rica, considerada una república democrática y libre, pueda festejar con gran algarabía el bicentenario de la independencia estando sujeta, desde su existencia, de forma política, económica y social a la Iglesia católica?

Un conocido acuerdo legal nos une a una religión impuesta a la fuerza, que, bajo todo punto de vista histórico, se conserva como un último rezago de un trámite fallido.

Atrás están los desgarros de generaciones en transformación y hoy, los rostros perplejos ante los resultados de una Iglesia descubierta in fraganti en sus bajas perversiones. ¿Se debe pedir a las juventudes que celebren con desfiles bajo el sol una independencia que no existe?

José C. Badilla Argüello, Heredia

Atención hospitalaria

Doy un agradecimiento especial, sin excepción, a todo el personal del Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia en las áreas de Anexo, Agudos y Medicina en la torre sur (Cardiología), por la atención tan profesional que le brindaron a mi esposo, Víctor Rodríguez Méndez.

Agradezco a esos ángeles que Dios me mandó, como la doctora Nancy Chacón y los doctores Jiménez, Mario Cabrera, Javier Chavarría y Jorge Víctores, quienes fueron luz en mi camino, como profesionales y maravillosos seres humanos. Que Dios los acompañe. ¡Muchas gracias!

Flor Lizano Cordero, San Isidro de Coronado

Pensiones y privilegios

El editorial de La Nación del sábado 6 de abril presenta el funesto panorama de las futuras pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Solo encuentran estas soluciones: “Elevar las cotizaciones, recortar los beneficios o aumentar la edad de pensión”, pero no mencionan la necesidad de reducir el altísimo costo de la administración. ¿Alguien ha calculado cuánto cuestan los privilegios de los más de 52.000 funcionarios? Por ejemplo, las cesantías de 20 años, las anualidades, las vacaciones de 30 días, los pluses, los enganches, etc., en fin, todas esas inconstitucionales convenciones colectivas del sector público. Mientras no se eliminen esos privilegios, no se debe sacrificar a los afiliados.

Galo Vicente Guerra, San José

Voracidad del BCR

A los ciudadanos de oro, a quienes se les deposita la pensión en el Banco de Costa Rica, se les impone ser expertos en Internet para hacer movimientos de dinero desde sus aparatos electrónicos. Pareciera que ni los quieren ver en el Banco. Si se presentan a la ventanilla y hacen un movimiento de dinero a otra cuenta de esa misma entidad, le cargan $5 por el trámite, ¡unos ¢3.000! Esto disminuye su ya de por sí escasa pensión.

De esta forma, el Banco habrá utilizado su dinero y habrá ganado intereses en sus bolsas de valores. Además, para que les condonen esos ¢3.000, la transacción deberá ser mayor a $1.000.

Lo que aquí relato está pasando con la gente que ha trabajado por el país por más de 65 años; nadie vela por su justicia. Espero que la entidad y otras afines solucionen el problema. Quienes portan el carné dorado deben ser respetados.

Fernando Ulloa Saborío, San José

Seguros del INS

Hace un mes y medio sufrimos un accidente automovilístico. Procedimos a utilizar la póliza del Instituto Nacional de Seguros para arreglar el vehículo y el proceso ha sido desgastante. La atención ha sido pésima y, típico de la burocracia estatal a la que nos vemos sometidos, en la mayoría de los casos, los usuarios debemos lidiar con instituciones del Gobierno.

Correos van, correos vienen, y parece que a nadie le importa el cliente.

Mauricio Flores Moya, San José

‘Picones’ y vigilantes

Una vez más muere un ciudadano a manos de unos “picones” irresponsables. Ante esto, precisa referirse a la falta de vigilancia en las carretas por parte de la Dirección General de la Policía de Tránsito, cuyo personal trabaja, supuestamente, las 24 horas del día. Pero eso no es cierto porque nunca se ven motorizados en horas de la noche.

El director de dicha dependencia, German Marín, menciona que el Ministerio de Seguridad Pública también tiene un grado de responsabilidad por la inoperancia de sus subalternos. Sin embargo, eso tampoco es verdad, pues no se observan tráficos en un operativo antidrogas, debido a que estos últimos se limitan a lo más sencillo y menos riesgoso, como repartir boletas y atender accidentes.

Acepte sin temor que a los policías de tránsito les corresponde prevenir los “piques”, pues, cuando se producen las carreras ilícitas, toda la comunidad lo sabe, con excepción de sus subalternos. No hay excusas, pero, si hay responsables en estos casos, son ustedes.

Fernando Cordero Alvarado, San José