No es cierto que la Iglesia católica está obligada a enviar al Gobierno listas de todas las personas que asisten a misa, como un método de persecución.
La Conferencia Episcopal desmintió esa aseveración, la cual se consigna en un mensaje que se comparte de forma masiva en WhatsApp.
Según la máxima autoridad católica del país, al inicio de la pandemia se hacían listas entre los asistentes a misa "por si surgía algún contagio en el templo, para poder tener el rastreo del clúster (conglomerado de casos de covid-19)”.
No obstante, una vez que en el país se declaró la transmisión comunitaria del virus, estas se dejaron de realizar.
“Hoy se hacen listas para cumplir con el aforo, pero no es solicitud del Ministerio de Salud ni se envían a alguna parte”, afirmó la oficina de prensa de la Conferencia.
Por su parte, el Ministerio de Salud dijo que los lineamientos sanitarios para las iglesias siguen siendo los mismos que se permiten desde setiembre: un aforo de no más de 125 personas por templo y 15 colaboradores como parte del equipo de apoyo religioso.
Asimismo, Salud insiste en los requerimientos establecidos desde el inicio de la pandemia. Uno de ellos es mantener la distancia de 1,8 metros entre los feligreses o entre las burbujas sociales que asisten a misa.
Ese distanciamiento también debe conservarse a la hora de repartir la hostia, la cual debe entregarse en la mano, y no en la boca.
Los sacerdotes y demás dirigentes religiosos también deben cumplir con una serie de normas.
Por ejemplo, se les permite retirarse la mascarilla durante la prédica, pero fuera de ese tiempo (antes y después de la misa) deben portarla.
Este es el mensaje falso que circula en el país:
"En una misa dominical, el sacerdote aclaró que, al entrar los feligreses, deben dar su nombre completo y su cédula. Todas las Iglesias están obligadas a enviar al Gobierno todas las listas de feligreses que asisten a cada misa, y el número de su cédula.
“Los católicos estamos dormidos. En los países que persiguen a los católicos, comenzaron exigiendo esas listas, y luego, con ellas, comenzó la persecución. Hay que difundir esta información a todos nuestros familiares, amigos, conocidos, etc. No seamos flojos”.
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