Yuribeth Méndez se sacude: los porteadores no son piratas

La presidenta de la Federación Nacional de Porteadores es también mamá, esposa y abogada. Dice que las mujeres están en el mundo para romper paradigmas. A ella le tocó defender a un grupo en su mayoría machista, que amenaza con tirarse a las calles si el Gobierno complace a los taxistas con una brigada del Tránsito que ataque a los piratas. Así hablo con La Nación.

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“¿Qué hace esa vieja entre porteadores?”

La frase suena grosera, machista y hasta despectiva. Pero Yuribeth Méndez Castro ni se inmuta cuando la escucha.

Tiene casi 10 años de estar involucrada en el gremio de los transportistas y de liderar la Federación Nacional de Porteadores (Fenapo).

Terminó de cabeza en esta temática cuando su padre, en un periodo de desempleo, decidió dedicarse al porteo, allá por el 2004.

Ahora y “a mucho orgullo” –según dice– defiende el trabajo de su papá y el de 8.000 agremiados. Su figura se volvió conocida en las protestas de los transportistas cuando la administración de Óscar Arias anuncia la desaparición de la figura del porteo.

Ya en el actual Gobierno, la solución fue crear una nueva figura de transporte: los servicios especiales estables de taxi, que ahora también generan protestas en las calles. Según Yuribeth, quien no apoyó el proyecto original, esto solo traerá más problemas.

Ahora es aspirante a diputada por el Movimiento Libertario y advierte de que ella podría salir a las calles también si la brigada antipirata del Tránsito la ataca.

Según se refiere con frecuencia, ni ella ni Fenapo representan a “piratas”, sino a personas que perdieron un derecho de un día para otro.

¿Por qué entró al negocio? ¿Por qué una mujer en el porteo?

Bueno, es difícil ver una mujer en un gremio de hombres y máxime cuando el gremio de porteadores es un gremio muy difícil. Cuando estoy ejerciendo como abogada en una situación de crisis –porque el gremio como tal estaba en problemas de persecución– me llegó a la oficina mucha gente preguntándome qué podía hacer. Entonces me interesé por qué legislación había y cuáles eran los criterios de la Sala IV. Creo que es una actividad completamente lícita.

¿Usted nunca ejerció como transportista?

No, pero mi papá sí, él es un señor que ronda los 60, 61 años. En ese momento (2004) mi papá estaba sin trabajo, andaba buscando opciones, te lo digo con mucho orgullo, porque es un señor sumamente trabajador y de agallas y esta fue una opción que él encontró, el transporte. A raíz de que mi papá se involucra en esto, más me interesó.

¿Era pirata?

No, ya existían las empresas de porteo.

¿Es casada?

Sí. Tengo tres niños, una de 11 años, la otra de casi 10 años y el otro tiene siete años.

¿Qué le dicen cuando la ven en la calle rodeada de hombres, en pleitos, en una protesta?

Las mujeres debemos ser valientes y romper paradigmas.

¿Nunca le han dicho “quién mete a esa vieja”?

Por supuesto. La última vez que estuvimos en la calle, cuando también fueron los educadores a Casa Presidencial. La persona encargada de la seguridad en Presidencia andaba buscando quién era el sujeto encargado del movimiento. Ese día andaba toda enferma y casi no me salía la voz, estaba sentada en una acera. Entonces le dijeron: ‘mire es aquella señora, es una chiquitita’, porque no soy muy alta y el hombre se quedó viéndome... Y me dijo: ‘me sorprende que sea una mujer, que lleve el liderazgo en un grupo que son machistas la mayoría y tercero, ¿qué bicho la picó?’.

¿Por qué no participó en la protesta de porteadores de la semana pasada?

Creemos que se extralimita que haya dos presiones en una semana y eso afecta la posible negociación que pueda darse. Afecta a todas las personas involucradas, la gente que va a sus trabajos. No es saludable, porque los resultados van a ser a presión y no por el diálogo.

Pero en el pasado usted sí recurrió a la presión...

Claro, en varias ocasiones estuvimos en movimientos. Las veces que hemos salido a la calle es por dos posiciones: una era cuando la Ley 8955 se aprobó (servicio especial estable de taxi), que fue una decisión inmediata, bajo presión, cuando entraron en negociaciones un grupo de porteadores, taxistas y Gobierno. Pero sale esta ley con varias irregularidades que nosotros queríamos hacerlas ver. En ese momento salimos a las calles a decir que esa ley iba a causar un problema mayor a no muy largo plazo, que ahora lo estamos viendo.

¿Cuál es ese problema?

Primero que no se hicieron los estudios técnicos de oferta y demanda del servicio. Que el monto de 30% fue fijado de forma discrecional ¿De dónde lo sacaron?, no hay un solo documento que justifique por qué debe ser un 30%. (En los acuerdos con el Gobierno se decidió que se entregarían 4.500 placas, que equivalen al 30% de los taxistas del país). Se les dio a los porteadores solo un mes calendario y no se les instruyó bajo los requisitos que debían cumplir.

¿Por qué usted no refrendó los acuerdos en Casa Presidencial que derivaron en el proyecto de servicio especial estable de taxi?

Nosotros le pedimos a Francisco Marín (viceministro de la Presidencia) tres días para revisar (el proyecto de ley). Nosotros hicimos la tarea, le entregamos todas las observaciones, lo que le dijimos a don Francisco Marín es que estábamos de acuerdo en el tanto se trabajara ese borrador que iba a causar problemas. Don Francisco dejó de comunicarse con nosotros, como decimos aquí: nos dejó guindando. Y fue cuando otro grupo de porteadores aceptó el paquete tal y como estaba. “Entonces salen en conferencia de prensa, recuerdo que doña Laura Chinchilla, pues muy orgullosamente dijo que había acabado con el problema del transporte. Se excedió, porque en ese momento estaba empezando el problema. Y lo dijo porque ahora tenemos taxistas, servicio especial estable de taxi, un grupo que queda en el limbo...”

¿Qué son ustedes?

No diría que somos nosotros, porque en el caso de Fenapo hay gente que presentó la documentación. Yo no es que represento aquí a piratas. Aquí tenemos dentro a empresas que presentaron documentación. Algunas fueron aceptadas inmediatamente y están en proceso de formalización y otros que están en proceso de impugnación.

¿Y los otros señores?

Otros que no pudieron presentar la información y que en este momento son calificados de piratas, cuando, en realidad, habían ejercido una actividad completamente lícita.

Bueno entonces usted sí representa a una parte que sí se denomina pirata, porque el porteo ya no existe ni tiene permiso especial.

Vea, es que tengo una objeción al término pirata. Es que muchos de ellos presentaron objeciones al Consejo de Transporte Público (CTP) y que están en espera de que esas gestiones se resuelvan.

¿Pero también hay quienes no las presentaron?

De los que yo tengo, todos presentaron gestiones. Pues, sí, si no escapa para ser honesta, tal vez algún grupo. Tal vez algunos presentaron información a destiempo ('). Y ahí es donde está fallando el CTP, porque no ha resuelto casi a nadie las impugnaciones. Y a mí me llama muchísimo la atención, porque desde julio del año pasado se supone que están sesionando extraordinariamente para resolver los recursos en el CTP y yo no he visto los resultados de esas sesiones extraordinarias y yo no sé en qué están gastando esas sesiones, las famosas dietas que pagamos todos nosotros. Hasta el día de hoy no hay ni un solo permiso que se le haya otorgado a nadie.

Los taxistas aseguran que la Policía no controla a los piratas. ¿Se siente usted atacada?

No. No los creo ilegales, porque si me quitan la licencia de un día para otro de una actividad que era lícita, obviamente te dejan sin sustento legal para ejercer la actividad que realizas, pero tenés armas legales para hacerlo ver. Estas personas, que no son vendedores de drogas, ni mucho menos, quedan en un estado de ilegalidad que el Estado debería resarcir.

¿Se siente usted pitonisa al advertir de que el problema del transporte no se había acabado como anunció la mandataria?

Sí, muchas veces lo denunciamos.

¿Se ve usted en el corto plazo en la calle?

Es probable que sí. Y el detonante sería que haya oficiales de Tránsito que irrespeten el debido proceso en el cual nosotros nos encontramos y empiecen con operativos que traspasen los límites y que estemos hablando de abuso de autoridad.

¿Es decir que la creación de la unidad antipirata podría acrecentar los problemas?

Podría acrecentarlos ('). Esta bendita brigada antipirata los muchachos de acá les llaman los Power Rangers , porque vienen a matar y, depende de la zona, se vienen hasta con antimotines.