Viajes se pagaron con rifas, bingos y bailes

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La invitación a las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) está abierta a jóvenes católicos de todo el mundo, siempre que puedan pagarse el tiquete.

Para muchos jóvenes, cumplir con este requisito requirió cientos de horas de trabajo, esfuerzo, sudor y sacrificio.

Así fue la experiencia de ocho muchachos de la pastoral juvenil de San Joaquín de Flores, Heredia, que acudieron, no solo a las jornadas, sino también a las prejornadas que se efectuaron en los días anteriores al evento.

“Desde hace año y medio empezamos a hacer actividades y no fue jugando: tuvimos que ponerle mucho porque estamos hablando de $1.400 cada uno por el boleto aéreo”, aseguró el joven de 20 años, Luis Diego Picado.

“Hicimos rifas, bingos y bailes. Como pertenecemos a la pastoral, el padre nos autorizó a usar los salones comunales de la parroquia porque íbamos a representar a San Joaquín y la gente de la iglesia nos respaldó”, contó el joven.

Y el esfuerzo valió toda la pena, según Picado, quien nunca antes había salido del país.

“Significó mucho para mí ver que la Iglesia católica es igual en todo el mundo. Uno veía desde hindúes hasta sudafricanos que cantaban lo mismo, solo que en un idioma diferente. Todos tenemos la misma fe y los mismos mandamientos a seguir y a uno, que andaba representando a la pastoral de San Joaquín, eso lo llena de orgullo”, aseguró Picado.

Para el joven herediano, el mensaje que más lo marcó fue la importancia, en estos tiempos, de apegarse a los mandamientos.

“Me marcó cuando el Papa dijo que los jóvenes no somos el futuro, somos el presente y de nosotros depende que cambie el libertinaje que se vive. Se hablaba mucho de la castidad y que tuviéramos la valentía de controlarnos. Ese es uno de los mensajes que traigo: que nos mantengamos castos hasta el matrimonio”, concluyó.