Vacíos en controles lanzan a la calle a choferes peligrosos

Un 40% de los choferes cree que es innecesario cumplir leyes de tránsito

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Tan habitual como el pregonero bajo el semáforo y la vendedora en la esquina, al manejar ya es normal encontrarse con una colisión o con un vehículo en medio de una maniobra peligrosa.

Esto evidencia, entre otras cosas, una escasa educación vial entre los choferes y pocos controles para garantizarla, según un estudio del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi), del 2011.

No es casualidad que se registren muchos accidentes, cuando el 40% de los automovilistas consultados por el Cosevi estimó que ciertas señales de tránsito son “inútiles” o les es indiferente irrespetar algunas de estas al conducir.

Según los expertos, el problema en el país radica en que, para obtener la licencia, solo se exige leer un librillo de menos de 100 páginas y llevar un curso de tres horas.

El examen teórico es de 40 preguntas, algunas sobre la operación mecánica del auto, sin profundizar en las reglas de manejo. Tras un corto examen práctico y, una vez obtenida la licencia, no se realizan más cursos.

Por ahora, aprender a manejar queda en manos de cada quien y un reglamento para regular las escuelas de manejo sigue pendiente; mientras, un plan del 2012 que planteaba incluir una clase de educación vial en los centros educativos, nunca se ejecutó.

“Es común ver errores que acaban en accidentes graves, como el adelantamiento indebido, el desconocimiento de cómo hacer un ceda o el ingreso a las rotondas en San José”, explicó Germán Valverde, director del Cosevi.

Resaltó que el adelantamiento en falso y la velocidad cobraron el 35% de las vidas perdidas en el 2013 en accidentes de tránsito.

Valverde reconoció que los ticos reciben una deficiente capacitación vial y que es necesario mejorar el proceso de acreditación de quienes buscan una licencia.

“Es necesario revisar el proceso de evaluación de los conductores. Si tanta gente pierde la prueba, lo que significa es que estas personas no han recibido una capacitación adecuada. Porque si la formación fuese de mejor calidad, entonces en una prueba escrita o de manejo se verían los resultados”, comentó Valverde.

Según datos de Educación Vial, siete de cada 10 personas que realizan la prueba de manejo, la pierden. La mayoría de fallas, de nuevo, son el irrespeto a las señales o desconocer su significado.

En las conclusiones del estudio del Cosevi, se resaltó que los choferes “consideran muy difícil poner en práctica muchas reglas de tránsito, hasta innecesarias las consideran; por lo tanto, piensan que hay algunas que se pueden romper”.

Esas reglas “difíciles” de cumplir son el adelantamiento indebido a otro vehículo si este obstaculiza, así como aprovechar la oportunidad de pasar un semáforo de la luz verde a la amarilla, acelerando.

Por esas causas murieron al menos 100 personas, de las 288 que perdieron la vida en las vías en el 2013.

Individualistas. Aparte del poco conocimiento de las reglas al manejar, el comportamiento humano también juega en las carreteras.

“En las calles se nota la supremacía de lo individual sobre lo colectivo. Si soy carro, no me importan los peatones, motos. Mucho menos las reglas del tránsito”, comentó el sociólogo Carlos Sojo, sobre lo que calificó como “una lucha de poder” entre los conductores.

“Lo acelerado de la vida hoy, sumado a la cantidad de vehículos, hace que las personas actúen de esta manera”, agregó el experto.

Ante esto, la solución del Gobierno es represión, con partes y operativos, “cuando lo ideal es más y mejor educación vial”, dijo Sojo.

En criterio del director de la Policía de Tránsito, Mario Calderón, “las reglas están y nada más deben ser respetadas”.

Indicó que se evidencia “una doble moral de los conductores en carretera. Cuando van en una presa, desean ver a un oficial de Tránsito, pero cuando están de restricción o alta velocidad, desean que no les aparezca un tráfico”.