Pocos contenidos son tan sensibles como las fotos que se publican en redes sociales como Facebook.
“Una vez que la fotografía se cuelga, se pierde. Así es: un clic, un copiar, y un guardar y listo. Y algunos chicos comparten más fotos en una semana que las fotos que nosotros tenemos en físico de los últimos 20 años”, explicó Wálter Esquivel, de la Fundación Paniamor, en un chat sobre el cyberbullying , realizado el martes en la noche.
Durante el encuentro virtual, Esquivel y Yuri Porras, gerente de Nuevas Tecnologías de Microsoft, atendieron dudas de padres, docentes y jóvenes sobre cómo prevenir y enfrentar el acoso en Internet.
Sin embargo, para los expertos, la solución no radica en prohibir el uso de la tecnología, sino, más bien, en enseñar a los menores de edad a hacerlo de manera responsable.
“La mejor manera de atacar este problema (de acoso) es acompañar a los niños y enseñarles a usar estos medios, pues la tecnología no está solo en el hogar; está en la escuela, en la casa de sus compañeros, en los teléfonos celulares. Están constantemente conectados”, dijo Porras.
“Prohibir a un chico el acceso a recursos tecnológicos, es impedirle alcanzar un mayor desarrollo. Aquí lo importante es la construcción de capacidades para que sepa navegar seguro, y esto no ocurre mágicamente ”, afirmó Esquivel.
Si bien los filtros pueden ser una estrategia para disminuir la exposición a contenidos dañinos, ambos expertos coincidieron en que estos deben elegirse tras un diálogo y una negociación con los jóvenes.
Además, se debe educar a los niños para saber qué hacer cuando se enfrentan con contenidos inapropiapados, y para que no teman hacérselo saber a sus padres.
“Cuando a uno le construyen un marco de acción cristalino, no desarrolla habilidades de respuesta frente a situaciones de riesgo en espacios donde no tienen ese nivel de protección”, dijo Esquivel.
Por otro lado, se discutió sobre la importancia de generar una transición en el uso de la tecnología, conforme vayan creciendo lo hijos, para que la exposición a los riesgos no sea repentina.
“No podemos hacerle una página de Facebook a un niño, darle su contraseña y decirle: ‘Entre y que le vaya bien’”, concluyó Porras.