La fecha la estableció la presidenta de la República, Laura Chinchilla: el 11 de abril del 2014 debe llegar el tren a la ciudad de Alajuela, después de casi 20 años de no escucharse allí la pitoreta de la locomotora.
Pero antes de llegar, debe sortear capas de asfalto, concreto, zacate, ríos y hasta patios de casas.
“El reto es grande, pero no imposible”, reconoció Miguel Carabaguíaz, presidente del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer), al aceptar que son varios los obstáculos que el tiempo dejó a los derechos de vías del ferrocarril.
Como si fueran arbustos que extienden sus ramas, el asfalto, concreto, zacate y casas cubren gran parte de los 11 kilómetros de líneas férreas entre Heredia y Alajuela.
Ante esto, maquinaria del Incofer y del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) trabajan como una cuadrilla de arqueólogos para que el hierro de las líneas se vuelva a calentar con el sol y con el roce de las ruedas del tren.
A la rehabilitación de la vía hay que sumarle la construcción de dos puentes: uno sobre una quebrada en Mercedes Norte, Heredia, y otro sobre el río Segundo, Alajuela.
El primero lo arrastró una crecida del cauce y el segundo lo quitó el mismo Incofer y lo trasladó a Cuatro Reinas, Tibás, San José.
Además, deben hacer varias obras de rehabilitación, como la construcción de muros de retención y taludes.
Tal vez el obstáculo que demande más tiempo eliminar es una serie de estructuras que se levantaron en las cercanías del Invu Las Cañas, en Alajuela, sobre el derecho de vía del ferrocarril.
Ante la consulta a Carabaguíaz, sobre esos caseríos, la respuesta es otra pregunta: “¿Quién llegó primero a ese lugar: el tren o esas estructuras ?”.
Roberto Thompson, alcalde municipal de Alajuela, aseveró que el Ayuntamiento trabaja para remover esas estructuras que impedirían del paso del convoy.
“Estamos analizando ese lugar. Por dicha son estructuras fáciles de mover y están en terrenos del tren. No son casas exactamente, sino como los patios de estas” , manifestó el funcionario.
Avance de obras. A la fecha, ya la maquinaria limpió las líneas que pasan por detrás del Walmart de Heredia y avanza en las cercanías del cementerio La Piedad, en San Joaquín, Flores, Heredia.
El presidente del Incofer confía en que se cumpla con el plazo de un año para que el tren vuelva a Alajuela. Estima que este mismo año la vía estará rehabilitada.
“Aprovechamos este tiempo de verano para limpiar a fondo todo lo que se pueda. De momento, los cruces de carretera no se tocan sino hasta estar más avanzado el proceso de limpieza”, dijo Carabaguíaz.
Entre tanto, el alcalde de Alajuela se comprometió a colaborar con maquinaria en su cantón para limpiar vías tapadas por el zacate.
Según cálculos del Incofer, se debe renovar la totalidad de los 11 kilómetros de vías férreas. Además, hay que sustituir los durmientes (se requerirán unos 18.000) por nuevos, de concreto.
El costo estimado asciende a $6 millones (unos ¢3.000 millones), con los que cuenta el Incofer.
Thompson quiere ser ambicioso y tener una terminal intermodal (donde convergen varios sistemas de transporte) en los terrenos de la antigua aduana, en Alajuela. Unas 5.000 personas la usarían cada día.
“Queremos que lleguen buses y taxis, y los pasajeros tomen el tren ahí. Queremos hacer algo de primer mundo. Sería la gran terminal del país porque la queremos unir al aeropuerto”, agregó Thompson.
Su meta: celebrar como nunca el 11 de abril del 2014.