La Policía de Tránsito usará pistolas radar con capacidad de tomar fotografías, para multar in situ a los conductores que irrespeten los límites de velocidad en carretera.
Con estos dispositivos pretende contrarrestar la salida temporal del sistema de vigilancia en carretera que realizaban las cámaras en seis puntos diferentes.
César Quirós, director de la Policía de Tránsito, explicó que oficiales manejarán los radares y permanecerán en los sitios donde hoy están las cámaras.
Cuando se sorprenda a conductores guiando por encima del límite de velocidad, se le tomará una foto a la placa del vehículo.
En el mismo lugar se le mostrará la fotografía y la velocidad a que viajaba, para hacerle el parte.
La multa por viajar 20 kilómetros por hora (km/h) sobre el límite de velocidad es de ¢308.000.
Y si transita a más 120 km/h, la infracción les costará ¢411.000.
Quirós aclaró que el uso de radares no está interrumpido y pueden multar mediante esos aparatos.
Agregó que con los radares hay posibilidad de llevarlos de un lado a otro, por lo que se pueden utilizar en varios puntos.
“En cualquier parte del país se podrá colocar el oficial y hacer partes con todo y fotografía”, dijo.
Compra estratégica. Quirós manifestó que los equipos nuevos se compraron como medida complementaria al sistema de cámaras; sin embargo, ahora se usarán como sustitutos temporales.
El Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) adquirió seis pistolas radar que pondría en funcionamiento en una semana.
Los equipos se encuentran aún en un almacén, y el proceso de desalmacenaje podría tardar más de una semana, reconoció Quirós.
El director del Tránsito advirtió que las carreteras se siguen vigilando con operativos especiales, por lo que los conductores no se pueden confiar.
Cámaras fuera. A pesar de que desde el jueves anterior el Cosevi anunció la suspensión temporal del sistema de cámaras, ayer permanecían encendidas.
No obstante, a medianoche serían apagadas por personal de Radiográfica Costarricense (Racsa), confirmó ayer su vocero oficial, Mario Zaragoza.
En solo tres días, los dispositivos registraron un total de 7.200 infracciones por irrespeto a los límites de velocidad.
El sábado por la noche representantes del Cosevi, Racsa y la empresa tico-brasileña Engebras, que maneja las cámaras, llegaron al acuerdo de apagarlas.
Zaragoza indicó que las multas que registró el sistema durante los últimos tres días no se acreditarán a los conductores, lo cual fue confirmado por el director de la Policía de Tránsito.
Explicó que no sería sino hasta la medianoche cuando se apagarían las cámaras, porque solo Racsa y la empresa brasileña pueden manejar el equipo.
A la fecha existen 9.500 multas impugnadas y una cantidad similar quedó en firme.
Las cámaras quedan apagadas por seis meses, mientras la Sala IV resuelve acciones de inconstitucionalidad contra el sistema.