El exceso de trámites dificulta el giro de fondos a las organizaciones que asisten a personas indigentes y adictos a drogas.
Así lo reclamó ayer el Ministro de Bienestar Social y Familia y presidente ejecutivo del IMAS, Fernando Marín, durante una conferencia de prensa.
“Tenemos recursos pero hay un entrabamiento. Hoy la manera de darles fondos a las organizaciones es vía transferencia, tras un largo proceso de inscripciones y diagnósticos”, explicó Marín.
“Con la población indigente el control es más difícil y una organización no puede estar expuesta a que un día le paguemos y otro día no”, agregó el ministro.
La misma crítica la hizo Álex Rodríguez, de la Asociación Autogestores de la Salud de Coronado.
“Hay normativas que deben ser estudiadas nuevamente para agilizar porque, mientras esperamos permisos, el habitante de la calle sigue sufriendo”, dijo Rodríguez.
Para resolver el problema, Marín impulsa un cambio legal que permita hacer transferencias condicionadas, al estilo de una beca. Asimismo, insistió en que debe modificarse el sistema para que se base en control de resultados.
Pese a los obstáculos, el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) logró aumentar el presupuesto para asistir esta población en el 2012.
Mientras que el año pasado se entregaron ¢79 millones a cuatro organizaciones, este año se girarán cerca de ¢285 millones a 11 grupos en todo el país. Con ello se verán beneficiadas 1.592 personas.
Rosibel Valverde, de la Asociación Misionera Club de Paz , estima que hay al menos 2.900 indigentes en San José y explicó que la atención del problema se ha hecho más complejo porque, cada vez más, se vincula con la adicción.