Trabajadores del sexo alegan persecución

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

El grupo de travestis que ofrecen servicios sexuales en las cercanías del barrio Corazón de Jesús, alegan que han sido víctima de persecución y acoso por parte de los vecinos de esa comunidad.

Incluso señalan que ellos se han trasladado a otras calles, fuera del barrio en mención, ante la acción de patrullaje de los pobladores, pero, pese a ello, denuncian que “los siguen molestando” .

“Nosotras ya dejamos la esquina de la escuela Guatemala, que es lo que a ellos les interesa, ahora nos movimos 300 metros, donde solo existen locales comerciales, pero ellos igual vienen a donde estamos y comienzan a tomar las placas de nuestros clientes o a tomarnos fotos”, comentó molesto Catalina, un travesti, que asegura laborar en la zona desde hace 15 años.

Camila, otro de los 18 trabajadores del sexo que ofrecen su servicio en la zona, criticó que los vecinos los vigilan hasta montados en moticicletas.

“Vea es increíble que sea donde nos paremos pasan con una moto y luego al ratito llegan los demás a pararse cerca donde nosotras, dígame si a eso no se le llama persecución”, mencionó.

Baja en ganancias. Dentro de los aspectos en los que se han visto perjudicados los travestis se encuentran el factor económico.

Según Catalina las ganancias se les han venido al suelo, razón por la cual, él y otros de sus compañeras, se han atrasado en el pago del alquiler de la casa que habitan.

“Antes de esta situación una noche mala en plata podía recoger alrededor de ¢50.000 o ¢ 60.000 , ahora hago unos ¢15 mil o a veces nada.

Yo tengo que ver un hijo que tuve de joven en una relación heterosexual y ahora no me alcanza el dinero.”, recalcó Camila.

De igual forma, los travestis consultados por La Nación denunciaron que en ocasiones los denominados vigilantes los ofenden verbalmente.