¿Cómo explicar que robaran la pseudoefedrina de un búnker supuestamente secreto o de difícil acceso?
Bueno, si yo tuviera la respuesta para eso quizás no me hubiera pasado (el robo).
Pero a todas luces sucedieron dos cosas: o alguien filtró información o algún funcionario colaboró en el atraco.
Espero que la gente que lleva la investigación pueda llegar a esas conclusiones.
¿Tienen alguna sospecha sobre cómo y quiénes fueron los que llevaron a cabo el robo?
Respecto a eso, yo no podría adelantar criterio, porque tenemos dos investigaciones, una de ellas interna, de la propia CCSS, y otra la lleva el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
¿Cuán avanzadas van las pesquisas?
Estamos brindando la documentación e información a todos los investigadores.
“Los más interesados en saber lo que realmente pasó, somos nosotros.
¿Cómo es posible que les roben en esta ocasión si ya hubo un primer hurto de otra cantidad considerable de pseudoefedrina?
Eso es lo que queremos saber.
Respecto a ese primer robo, ¿se encontraron culpables?
Ese primer caso todavía sigue en investigación, por lo que hasta ahora nadie ha sido señalado.
Volviendo al tema del último robo, ¿cómo un búnker se vuelve tan vulnerable para el hampa?
Es lo que nos preocupa porque, pese al búnker, nos robaron un material peligroso.
Otro detalle que deja muchas dudas es cómo se roban una carga de 178 kilos.
Es obvio que para que se consumara también hubo un vehículo de por medio, pero algo interesante es que cerca de la bodega donde está el búnker hay dos casetas de seguridad.
¿Cuántos laboran en el complejo de bodegas de la CCSS?
Unos 200 empleados, lo cual nos hace a todos sospechosos.