Térmica Garabito complica metas ambientales del país

Planta quemará 122 millones de litros de búnker al año para generar electricidad

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La planta de generación térmica Garabito complicará la meta de Costa Rica de convertirse en el primer país del mundo carbono neutral en el 2021.

Esa central, que tendrá una potencia instalada de 200 megavatios, quemará 122 millones de litros de búnker para producir electricidad en el 2010.

Esto implicará emitir cerca de 400.000 toneladas al año de gases de efecto invernadero (GEI) expresados en emisiones de dióxido de carbono (CO2).

Es decir, casi el 5% de la producción total de CO2 del país por combustión de hidrocarburos.

Dicha cifra incluye el CO2 que emanarán los 60 camiones cisternas que diariamente transportarán el búnker desde el plantel de Recope en Moín, Limón, hasta la planta Garabito, en Montes de Oro, Puntarenas.

Esos vehículos consumirán unos 5,1 millones de litros de diésel durante los cuatro meses de (febrero a marzo) de mayor producción de la termoeléctrica.

En total país produce 14 millones de toneladas de CO2 al año.

Estos datos son parte de un estudio realizado por Jorge Villalobos Clare, ingeniero químico, próximo presidente ejecutivo de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).

La investigación es parte de su trabajo como profesor del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Costa Rica (UCR).

El informe, elaborado en noviembre anterior, concluyó que Garabito tendrá “un impacto negativo en la aspiración de Costa Rica de ser el primer país carbono neutral (en el 2021)” y causará un atraso en la meta en cuestión.

Para Villlobos, la inversión en esa planta “solo es aceptable como una solución de emergencia y temporal por el atraso en los proyectos de energía renovable”.

En diciembre del 2007, el Gobierno de Costa Rica se comprometió ante la Comisión Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, realizada en Bali, Indonesia, a tener emisiones neutrales de gases de efecto invernadero para el 2021.

O sea, se propuso mitigar todas las emisiones de gases de efecto invernadero que genera en sus procesos productivos como el transporte, industria y la ganadería.

La planta Garabito, en construcción, es un proyecto del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE). Es clave para garantizar el suministro eléctrico y evitar apagones en próximos veranos.

Consultado sobre el estudio, Gravin Mayorga, subgerente de Energía del Instituto, aseguró que la planta es muy moderna y tiene capacidad para manejar los gases que emiten los motores y disminuir la cantidad de partículas (contaminantes) que se van al ambiente.

“Estamos previendo que esta misma tecnología pueda utilizar biocombustibles, que la planta pueda ser transformada antes del 2021 para alimentarla con productos no contaminantes como los biocombustibles, combustibles sintéticos o gas natural”, declaró.

La planta, con un costo de $300 millones, entrará a operar, en una primera fase, en setiembre próximo. Impacto. De acuerdo con Villalobos, la producción de CO2 de la planta de Garabito equivale a las reducciones que se podrían lograr al mover la carga por trenes eléctricos o usar 15% de biocombustibles.

“Es evidente que desde el punto de vista ambiental la construcción de dicha planta tiene efectos contraproducentes” , dijo el informe.

Por tanto, agregó, es importante acelerar los proyectos hidroeléctricos y geotérmicos para sacar de operación de esa central.