Temor en pueblitos de zona sur frena megarred eléctrica regional

20 km entre Parrita y Palmar impiden completar sistema de 1.795 km

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Vecinos de pequeños caseríos insertos entre los bosques de la zona sur del país tienen frenada la megarred eléctrica regional.

El temor de los pobladores a las líneas de alta tensión que atravesarían sus pueblos, montañas y propiedades, los llevó a emprender una fuerte disputa judicial contra el despliegue de la red.

Les preocupa que el cableado –con una capacidad de transmisión de 300 megavatios–, pueda causar daños a su salud, al medio ambiente, a las nacientes de agua y al turismo ecológico. Además, de que impacte el valor de sus tierras.

La oposición comunal ha impedido el desarrollo de unos 20 kilómetros de línea, ubicados entre Parrita y Palmar Norte.

Ese tapón es el único tramo sin construir de un cableado de 1.795 kilómetros extendidos por toda Centroamérica con el objetivo de facilitar las compra–ventas de electricidad entre los países.

La conflictiva sección forma parte de un tramo de 130 km que debió estar concluida en el 2009.

El manejo de servidumbres en este sector está a cargo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE). Los tramos restantes, tanto aquí como de los demás países, los asumieron empresas privadas.

Malestar. Ferdinando Segura, síndico de Barú , en Pérez Zeledón, y presidente del Comité para la Protección del Ambiente de estas comunidades –creado para impedir la instalación del cableado– aseguró que hay medidas cautelares contra el ICE que le impiden construir las torres, pero no las acata.

“Existen tres comunidades que interpusieron denuncias: Matapalo, La Alfombra y Tierra Morena. El tribunal (contencioso) estableció que, por el momento, el ICE no puede trabajar hasta que se realice el juicio, pero no han querido respetar eso e incluso en algunos sectores han comenzado con la instalación”, aseguró.

El juicio aún no tiene fecha.

Mientras, en Matapalo, un pueblito ubicado a unos 25 kilómetros de Quepos, en el cantón de Aguirre, los vecinos alegan que el proyecto inicialmente pasaba por las montañas, lejos de las casas. Sin embargo, por razones que desconocen, el ICE cambió el diseño y ahora atravesarían el caserío.

La línea del Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (Siepac) se extiende desde el norte de Guatemala hasta Veladero en Panamá. La integran 14 enlaces entre subestaciones que reúnen los 1.795 km de red.

Actualmente, 11 de estos enlaces se encuentran en operación comercial (79%), dos más (29%) están finalizados, pero requieren formalizar ciertos requisitos con los operadores del sistema.

El restante 7%, en etapa constructiva, corresponde al tramo Parrita–Palmar Norte, con proyecciones de finalizar el año entrante.

Tramitología y burocracia. Para Orlando Martínez, director de la Empresa Propietaria de la Red (EPR) el problema con el tramo en la zona sur obedece a la tramitología y el exceso de burocracia.

En su criterio, haber entregado ese tramo al ICE no fue una decisión acertada. Ese acuerdo se tomó hace seis años y luego fue imposible echar marcha atrás, dijo.

Según él, en los demás tramos fue más fácil porque la negociación de servidumbres las hicieron compañías privadas.

Consultado sobre las consecuencias de este atraso, Martínez dijo que posiblemente se deberán hacer nuevos diseños para cambiar la ruta de la línea en ese bloque.

Asimismo, el atraso elevó el costo del proyecto en unos $90 millones. A hoy la megaobra representa una inversión de $494 millones.

“Estamos amarrados para terminar el proyecto”, dijo, al tiempo que recordó la protesta hecha en el pasado por Panamá de que el cableado faltante le impedía importar electricidad de El Salvador.

Salvador López, funcionario del ICE y delegado de Costa Rica en el ente regional, admitió que la conclusión del citado tramo está complicada por la oposición vecinal.

López aseguró que están buscando alternativas como cambios en el trazado de la red y negociaciones con los pobladores. El otro camino es la vía judicial, pero atrasaría la obra hasta agosto del 2013.

El representante del ICE negó que la construcción de este segmento esté afectando el intercambio eléctrico en la región. Según dijo, lo que impide las transacciones son atrasos en los refuerzos de redes nacionales, especialmente en Nicaragua y Honduras.

A esto se une, dijo, la caída en los remanentes disponibles para exportación en cada país