Supen acusa a la Caja de ‘maquillar’ cifras de IVM

Datos de la Caja no reflejan la condición real del régimen, dice Superintendente

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El superintendente de Pensiones, Édgar Robles, acusó ayer a la CCSS de “maquillar” las cifras relacionadas con el Régimen de Inválidez Vejez y Muerte (IVM), con el fin de hacerlo parecer sostenible.

Las declaraciones fueron dadas ayer durante un careo con el actuario de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Luis Guillermo López, realizado en la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público de la Asamblea Legislativa.

“Uno puede maquillar los estudios como quiera. El papel aguanta lo que le pongan. Lo que hemos demostrado en esta comparecencia es que las cifras que presentó la Caja y la OIT no son verificables con la realidad”, dijo Robles al finalizar la comparecencia.

Agregó que los supuestos están mal diseñados y el modelo no es el adecuado para medir el régimen.

Por su parte, Luis Guillermo López, director actuarial de la Caja, insistió en que las reservas del IVM están creciendo y su sostenibilidad está garantizada por tres décadas.

López rechazó que de momento haya que hacer cambios en el sistema, tal como sugiere la Superintendencia de Pensiones (Supen).

La entidad aseguradora se fundamenta en estudios actuariales propios y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Ambos funcionarios fueron convocados por los legisladores con el propósito de aclarar por qué existen dos versiones sobre la salud financiera de dicho régimen.

No obstante, el objetivo de los legisladores no se cumplió, pues Robles y López llegaron a defender las posiciones ya conocidas.

“Conforme más escuchamos, hay más dudas. El tema de la solidaridad del sistema aún es preocupante ”, dijo la diputada Marielos Alfaro, presidenta de la Comisión.

Crítica a supuestos. De acuerdo con Robles, los estudios actuariales de la Caja y la OIT se fundamentan en supuestos que no corresponden a la realidad del régimen y por eso hay tanta diferencia entre esos estudios y los de la Supen.

Por ejemplo, citó que, conforme está planteado el IVM, un trabajador con un salario promedio de ¢357.680 al mes debería pensionarse a los 72 años para que el régimen no fuera deficitario.

Pero lo real es que los trabajadores se están jubilando a los 64 años o menos y en esa circunstancia su salario debería superar los ¢3,5 millones para que el IVM sea sostenible.

“Los datos a octubre del 2010 demuestran que solamente cuatro de cada 1.000 afiliados a ese régimen cotiza con ese salario”, puntualizó.

En otro ejemplo, expuso que mientras un trabajador promedio aporta al régimen como capital acumulado ¢23,9 millones, el monto que se llevaría como pensionado es superior a los ¢41 millones.

Es decir, esa persona aporta solo 58,4% de la pensión que recibe, “lo cual demuestra con claridad los problemas de diseño del sistema.

Por su parte, López defendió que los modelos de análisis del IVM utilizados por la Supen y la Caja, así como de la OIT, son diferentes, aunque los insumos en cuanto a salarios, número de cotizantes y pensionados deben ser los mismos.

Agregó que la institución se casó con el esquema de ajustes escalonados para garantizar la sostenibilidad del régimen por tres o cuatro décadas más.

“Los sistemas de pensiones son dinámicos... Cinco o diez años antes de que se llegue a ese agotamiento se toman nuevas medidas para prolongar su permanencia por otras tres a cuatro décadas”, puntualizó .