Silvia Bolaños asumió esta semana el viceministerio de Transportes, una de las tantas brasas que tiene el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) tras la salida de Rodrigo Rivera. En una conversación con La Nación , Bolaños sostuvo que conoce muy bien los problemas de ese ministerio. La diferencia, dijo, es que ahora tiene capacidad de decisión en materia de transportes.
Al dejar el Cosevi y pasar al viceministerio de Transportes, ¿llega con claridad de los problemas o deben ponerla al día?
Antes de asumir Cosevi, yo era la directora del viceministerio de Transportes. Conozco el manejo de los temas. Entiendo que es una carga de trabajo superior a la que vengo desarrollando en el Cosevi, pero hemos tenido coordinación con las direcciones del viceministerio. El asumirlo me da oportunidad de tomar decisiones que vengo asumiendo hace tiempo.
¿Qué tipo de decisiones?
En el tema de licencias, el avance y el desarrollo de obras por parte de Ingeniería de Tránsito y asumir un tema que me apasiona: el transporte público.
”Terminar con el proceso de negociación de autobuseros, porteadores y taxistas en el tema de permisos, que es un calvario”.
Pero falta un año para terminar esta administración. ¿Podrá lograr la agenda?
Entro en un año bastante difícil, que es la recta final, donde encuentro el presupuesto aprobado y es poco lo que podría hacer porque ya prácticamente los lineamientos están definidos.
Para eso, necesita apoyo del ministro. ¿Cómo es su relación con Pedro Castro?
Con don Pedro tengo una relación de respeto, de jerarquía. Lo conozco desde que fue el viceministro de Obra. Ha sido una relación no personal ni cercana; una relación laboral, estrictamente. Y creo que tengo la confianza de él para asumir los retos de este viceministerio.
Por años, los jerarcas de Transportes se han preocupado por taxistas y por las empresas de buses y dejan de lado a los usuarios. ¿Pondrá usted los ojos en las necesidades de los usuarios?
Debo consolidar temas del sector que se han venido avanzando desde principios de esta administración. Son temas que se han complicado porque la cancha se ha embarrialado pues no se tomaron decisiones oportunas. En transporte, debo levantar la imagen del sector, y eso incluye posar las prioridades en las necesidades de los usuarios”.
¿Cómo va a llegar a un consenso con autobuseros y taxistas, si cada uno tiene sus propios intereses?
Eso es un tema con el cual va a tener que lidiar yo o cualquier otro viceministro. Eso será por años y no podemos pretender que todos los sectores estén en igualdad. Algunos van a tener mayor riqueza, otros no. Lo que se ocupa es tratar de equiparar donde exista diferencias muy marcadas.
Le pongo un ejemplo claro: el cobro electrónico. Eso beneficia a los usuarios, pero pareciera que a las empresas no. ¿Pateará usted la bola para adelante, como los jerarcas anteriores?
El Estado tiene una herramienta importante, como lo es el vencimiento y renovación de las concesiones. Ahí el Estado puede establecer condiciones.
¿Va a poner más requisitos a las empresas de buses con el tema de la renovación de concesiones el otro año?
No podemos pretender mucho, pero a un año del vencimiento no podemos pedir requisitos muy grandes.
¿Y el tema de taxis especiales, porteadores y piratas?
Hay que sentarlos a la mesa y empezar a negociar con ellos para tomar decisiones. La primera tarea es sacar los trámites pendientes y listas de permisos de ellos.
Me parece que la mayor brasa está en el CTP. ¿Va a ordenar y agilizar ese consejo?
En el CTP hay que empezar con reestructuración, pues se le dan funciones, se le exigen resultados y no se le dan herramientas. Y si usted ocupa ser oportuno, necesita recurso humano, control y fiscalización para obtener resultados.